viernes, 30 de enero de 2009
miércoles, 28 de enero de 2009
domingo, 25 de enero de 2009
En busca del catálogo perdido

ENRIQUE VILA-MATAS 25/01/2009
1. No sé quién dijo que la cultura comienza con la lectura de catálogos de libros. Es muy posible. Es más, conocí una vez a alguien muy culto que era un experto en inventarios de todo tipo y los coleccionaba con una pasión tan desbordante que siempre sospeché que únicamente leía eso. Llevo años construyendo un catálogo de lo que me gusta y lo que no me gusta. Es un extenso y meticuloso inventario de amores y repulsiones, que algún día creo que publicaré: habrá sorpresas. Me acuerdo de la lista que hizo Barthes en su libro autobiográfico: "Me gusta: la lechuga, la canela, el queso, los pimientos, Haendel, los paseos mesurados, la sal cruda, las novelas realistas, el piano, el café (...) No me gustan: los perros falderos blancos, las mujeres en pantalones, los geranios, las fresas, el clavicordio, Joan Miró, las tautologías, los dibujos animados, los mediodías, la fidelidad, las veladas con gente que no conozco...". Es verdad que la lista de lo que nos gusta carece de importancia para la mayoría de la gente y aparentemente, además, no tiene sentido. Y sin embargo, decía Barthes, ese me gusta y ese no me gusta significa algo; quiere decir que nuestro cuerpo no es igual a los otros cuerpos y que podría hablarse de una especie de intimidación del cuerpo, que obliga al otro a soportarnos liberalmente, a permanecer silencioso y cortés ante goces o rechazos que no comparte. No podemos matar al otro porque nos moleste su forma displicente de mirar al mar, por ejemplo. Y en cambio, sí matamos tranquilamente a una mosca si nos fastidia. Y si no la matamos, dice Barthes, es por puro liberalismo. Total: que somos liberales para no ser asesinos.Eso me recuerda que ayer, en la sesión televisada del Parlament, oí a un orador que, a propósito del problema universitario, recurrió a la expresión "velocidad de crucero" para decir no sé qué sobre el plan de Bolonia. Lo hubiera matado. Me saca de quicio que se utilice esa expresión, "velocidad de crucero", para cualquier cosa. Me parece una horterada y no sé bien por qué. Lo cierto es que no soporto oír a alguien decir "velocidad de crucero" y he incluido esa expresión en mi lista de cosas que no me gustan, esa lista que me impide ser un asesino. Digo en ella que no me gustan los cínicos, los regalos navideños, Esperanza Aguirre, los sobacos, la gente interesada, los que emplean la expresión "velocidad de crucero"... Y que me gustan, en cambio, Bob Dylan, la curiosidad intelectual, la música de Nouvelle Vague, las rosas, el libro Veinte cosas que nos convierten la vida en un infierno, publicado en Francia por Dominique Noguez, un antiguo compañero de juergas. Noguez ha hecho un catálogo razonado de todo aquello que le produce leves malestares graves y dice que no le gustan los atascos, los dentistas, los corsos, los perros agresivos, las huelgas de transportes, las encuestas, las endoscopias...
2 - Me gustan -Barthes pudo inspirarse en ellas- las siempre geniales listas que Perec llevó a cabo, pero también los que tenía proyectado realizar, como por ejemplo aquel inventario de todas las camas en las que había dormido fuera de su casa a lo largo de toda su vida. Hay en la obra de Perec, gran hacedor de catálogos, una reiteración obsesiva de descripciones de objetos y creo que nos bastaría con las que podemos encontrar en su extraordinario La vida, instrucciones de uso para poder fabricar un libro que podría ser un animado gran inventario de objetos de todo tipo acumulados en un solo inmueble de París. La propia obra de Perec tiene la vocación del catálogo, que es muchas veces una forma de imponer un orden arbitrario al mundo. Y creo que Perec, además, veía ese mundo como un catálogo perdido. Si nos convertimos en hacedores de un catálogo, veremos que éste siempre nos sobrepasa y que, además, es recomendable no agotarlo y permitir que los lectores te reprochen haber dejado de lado muchos nombres o datos. Que alguien te avise muy ufano de que te olvidaste del coleccionista Walter Benjamin, por ejemplo. Sospecho que esta norma de no completar los inventarios la han seguido a la perfección los creadores de este sorprendente Catálogo ragionato di libri introvabili (Catálogo razonado de libros inencontrables) que he vuelto a leer estos días; un libro que Jordi Llovet calificó en su momento de "fabuloso, incomparable, una de las cimas de la literatura burlesca de los últimos cien años". A Perec también le habría encantado todo lo que contiene ese libro: referencias bibliófilas al Quijote de Pierre Menard; Quadern verd, de Jusep Torres Campalans; todos y cada uno de los libros inventados por Bolaño en La literatura nazi en América; una perla titulada Retrato del autor visto como un mueble, siempre, de Georges Perec; Enciclopedia de las ciencias inexactas, de Henri Chambernac; Eclipses littéraires, de Robert Derain (París. M. Maniere, 2000, 13,50 euros); bromas cargadas de malicia como Le facteur chouette et la derridance, de Jacques Derrida, o el libro de Roberto Benigni Los espárragos y la inmortalidad del alma (6,20 euros); un tratado sobre las narices, escrito por Hafen Slawkenbergius (Londres, Letters, Yorick 1761)... Todos estos libros y 300 más son clasificados en este volumen sobre textos que sencillamente no existen, pero que están ahí perfectamente catalogados. El libro incluso contiene una foto de la bella Rita Malú, un personaje que me es muy familiar, pero que creía que no existía. Lo que sí ya puedo asegurar que existe es Catálogo ragionato di libri introvabili, volumen publicado por Zanichelli, editores de Bolonia. Contiene un apéndice magnífico que comenta las bibliotecas imaginarias de Laurence Sterne, del capitán Nemo, de Edgar Allan Poe, del enigmático Vilém Vok y de Giorgio Manganelli, entre otros.
viernes, 5 de diciembre de 2008
Estamos espléndidamente muertos

Este es el blog de una pareja de Poetas del Grado Cero, un hombre y una mujer.
Antes representó un rostro rebelde.
Hemos muerto.
No logramos absolutamente nada.
Asesinamos a la poesía. La despojamos de su bata hecha de imágenes hilvanadas para la complacencia, para la degustación refinada y el acto cultural.
Subimos a la montaña y acampamos en la borrachera para hablar de las putas y los travestis, para asegurarnos de que no quedara nada en vilo sino el cadáver y el palabrerío regado entre las hojas.
El combate fue lento, la madeja se rompió por el lado más débil. Acariciaron el terciopelo muerto de nuestra tristeza y nos ahullaron interminables canciones para que volviéramos al orden, para calmar el peligroso aspaviento.
Con infame peligrosidad le pusieron una capucha a nuestros ojos lisiados para que olvidáramos el momento claro de vernos los huesos. Yo puedo decir como Ginsberg que fuimos destruidos, asesinados con primor, como héroes de la amnesia; y nos olvidamos de continuar meando sobre la calavera fresca.
Ya no sabemos qué decir. La hierba crece muerta debajo de la lápida.
Pero tú estás muy contento de vernos derribados y en silencio.
Estamos espléndidamente muertos como nuestra puta madre.
Y enseguida anochece
jueves, 4 de diciembre de 2008
martes, 2 de diciembre de 2008
El tal Darío Cálix, comentarios en el blog de Agustín Fernandez Mallo
Cómo nos gustaría tenerte de visita por mi país y poder comprar tus libros en nuestras librerías:
Mire, no sé si le moleste o le de risa; pero le dejo este link que es un ejemplo de las realidad o las realidades y que me lo encontré buscando información sobre usted. Tal vez le interese.
Saludos, igual que K. le extendemos una invitación a Honduras (¡Tengo la manía de hablar en plural!) y por cierto creo que el autor de esa "crónica" es Darío Cálix de San Pedro Sula.
domingo, 30 de noviembre de 2008
Culmina IV Peregrinaje de Escritores hacia Trinidad, Santa Bárbara




viernes, 28 de noviembre de 2008
Hoy morí y nací hecho cien por ciento del Grado Cero de la Literatura

martes, 25 de noviembre de 2008
Locos y enfermos (Un Menard descarriado)

I
Más horrible que una musa. No creo tener el tiempo para poder verla de frente. Pocos tienen la oportunidad de ser citados a primera hora de la mañana para ver a la dueña. Estoy aquí, casi desnudo, traído de sopetón, y dejado a solas frente a ella. Tengo miedo de levantar la cabeza. Sé que ella sigue ahí a pesar del ruido de ese viejo reloj que suena a mis espaldas. Sé que al verla, sus ojos se clavarán en mí como enormes brazas de frío y no podré apartarlos jamás del sitio que ocupa mi aire. Está ahí, a oscuras, con la pose tranquila, como la madre de Moloch, viendo hacia el lado izquierdo de mi aire, robándome a cada segundo un poco de respiración. Su mirada de jade, su mirada de fuego frío jamás podrá apartarse de mi sueño y ésta será la última imagen que me lleve…No sé por qué me han traído ni cómo llegué aquí. No me dijeron nada. Ella está ahí desde siempre, sólo esperando, viendo y mandando a cada cual con el recuerdo de la muerte. Ella ahí, varonil y asesina…mirando el lado izquierdo donde el corazón palpita acompasado con el viejo reloj. Yo sé que sus manos dejadas caer con placidez sobre su pierna oscura, manteniendo su absoluta dignidad de mujer en la sombra, nunca se moverá, me dejará morir eternamente esperando su señal, hasta dejarme secar, hasta que yo sea el camino de mi muerte.
II
El vil tugurio donde la puta más famosa fumaba un cigarrillo con su vagina estaba a reventar. Decenas de malvivientes se agolpaban contra el maltrecho escenario tratando de entender como demonios echaba el humo, y realmente no echaba humo por ninguna parte. Succionaba el cigarrillo ejercitando el esfínter vaginal y su arte en verdad era un desastre. Crítico como era en ese entonces, el imbécil que mucho tiempo después llegó a ser el Super Cero, “analizaba los movimientos de la Magdalena” y fraguaba algo. Esa cabeza no estaba tranquila si no estaba tramando una estupidez. El enano pensaba que si la puta fumaba su cigarro con la vagina, por qué él no podía meterse un puro en el culo y hacer del mismo modo un espectáculo, pero no. No le daba para tanto su tesis. Reflexionaba en el derecho positivo de la equidad de género: pelarse en la tarima. Ah sí, se miraba a sí mismo desnudándose en pleno cuchitril para equilibrar el derecho liberal de los hombres a desnudarse en público. Horas antes, en el restaurante, semi elegante en el que habían iniciado la bebiata, con sus cinco compinches dispuestos a empezar la noche, mientras el animador comenzaba la invitación al “respetable públicoooooo”: Hoy Media Luna Restaurant inaugura sus noches de lujuria con Olga Camaleón…”. Mientras el ridículo chaparro anunciaba un desastre, nuestro amigo codeaba al gordo Suazo. –Hey, Suazo, ¿entonces? ¿Nos mandamos las primeras? Nadie se imaginaba que 60 minutos más tarde le quitaría el micrófono al otro enano para mandarse, casi desnudo, Fiebre de Sábado por la Noche. El grupo de semi intoxicados que lo acompañaban aún consideraba que había un inusitado interés de libertad en aquel despropósito. Por eso, mientras la vagina fumadora realizaba su número, todos ellos estaban atentos a los movimientos de nuestro personaje que no se perdía detalle del cigarrillo ensartado en la vulva sudorosa de la mujer. “Elegancia, ritmo y calor” decía el tarado analfabeta que, arrinconado, dirigía el sonido en aquel barco a la deriva. La vagina fumadora no estaba ajena a ese extraño momento. Sentía en silencio la mirada exigente, el olfato colocado con todos los controles para escudriñarla. Sin empacho, la bailarina hizo un quiebre y de un salto se sacó el cigarro y en un abrir y cerrar de ojos lo pasó por la boca del ensimismado amigo. Los beodos del lugar soltaron un grito de júbilo ante la proeza, pero nuestro amigo y camarada obtuvo la porción de enfado propicio para realizar lo que su cabecita venía fraguando. No había terminado de dar la vuelta la mujer bailarina cuando tenía enfrente al enano, arrimándole las piernas y la ingle. El público tiró las gorras sudorosas como si se tratara de un mismo programa. Los semi-intoxicados gritaban “¡George!, ¡George!, ¡George!, ¡George!…”, mientras este se entusiasmaba quitándose la camisa de botones emulando a la “diva”. De pronto, sin que nadie lo esperara, se desabrochó el cinturón y se bajó el pantalón de una vez con el calzoncillo…El acontecimiento produjo un cisma inesperado. Los guardias se abalanzaron hacia el amigo y lo obligaron a subirse los pantalones mientras lo llevaban como un costal en cuatro piezas. “¡Tengo derecho!”, gritaba- “¡Tengo derecho a pelarme!..Ya en la calle, Wilson Maretti, Mae y los otros tres acompañantes, llenos de euforia gritaban: ¡Queremos ser libres! ¡Queremos ser libres! Y sin pensarlo dos veces se pelaron en la Avenida Los Leones, sin saber que a media cuadra, del lado sur de la Avenida, tres policías aguardaban el cuadro. Cuando les requirieron salieron en veloz carrera y se miraron dos días después de haber despistado a los policías dejando zapatos y calzoncillos regados.
III
Recuerdo que Maretti, M.E.A. (a M.E.A. le podíamos decir AME, MAE o EAM) y yo conversábamos sobre las consecuencias de extremar la tecnologización del conocimiento. MAE se ponía escéptico y pugnaba por Aristóteles, Kant y Marx, y enfatizaba que El hombre jamás dejará de filosofar porque su esencia es buscar las explicaciones ulteriores de las cosas…Maretti, escuchaba tranquilo, con una sonrisa irónica y una mirada compasiva. EMA había abandonado los estudios de literatura hacía más o menos unos siete años y se había refugiado en la cerveza y la marihuana…casi ni leía y sostenía todas sus conversaciones en los mismos recuerdos de las lecturas que hizo cuando aún estudiábamos en la Escuela de Magisterio. Maretti sonreía viendo el enorme costado de AME al descubierto, antes de la estocada que lo iba a dejar, según él, con esa imagen estúpida de no haber estudiado en la universidad. MAE saboreaba su cerveza Salva-Vida y sabía (lo esperaba) que Maretti lo despedazaría. La ciencia hoy es tecnología, dijo. Y lo miró con esa sonrisa compasiva y suficiente, parpadeó rápidamente unas tres veces, tomó la botella y volvió a ver a otra parte, para no mirar la vergüenza mía y la de EAM…Maretti leía muy bien, su memoria era prodigiosa. Su capacidad para citar textualmente un fragmento de Comte, Humbolt, Bacon, Eduardo Galeano, Octavio Paz, Mariáteggi o Alfonso Reyes; era impresionante. MAE llevaba las discusiones filosóficas a sus últimas consecuencias. Conservaba ocasionalmente el estilo de Lefevre, o cierta efuminación idealista emparentada más con Hegel: El pensamiento es finito, dijo al fin, todo lo que produce se reduce a las mismas acciones del hombre, más allá de las acciones del hombre no es posible hallar al pensamiento. A esto es lo que se llama inteligencia. Cuando vos decís que la filosofía ha muerto, te referís a que el conocimiento se convirtió en un objeto que sirve a los fines del hombre. Y creo que confundís el concepto “tecnología”. La tecnología no es lo que ves, es con lo que ves, la tecnología no son los ojos, es la mirada. Los animales no tienen tecnología porque no tienen pensamiento, la tecnología es intrínseca al hombre, al pensamiento. La tecnología es el conocimiento, es la manera en que se materializa la filosofía. Lefevre ya lo había anticipado, el mismo Hegel, la Dialéctica de Marx y Engels no es otra cosa que tecnología de la Historia…
Esas eran las tristes discusiones patafísicas, así nos llevábamos las cervezas de una en una hasta salir borrachos mezclando teorías antiguas, materialistas, idealistas, revisionistas, nihilistas…etc.
Solo, en una de las pequeñas salas del bar, estaba sentado por primera vez tomándome una cerveza, cuando llegó ese tío que dizque se la tiraba de pintor ultramoderno sólo porque había pintado el techo de ese lóbrego bar destinado a la vaciedad. Sabés, me dijo, el problema de los artistas es que no se saben vender.
-¿Y quién putas se está vendiendo?
- No, te digo porque realmente se trata de que si vos hacés algo tenés que ganar dinero, pasarla tranquilo.
-Esa mierda nada tiene que ver.
-Pero tenés responsabilidades, familia, gustos…
-A mí me vale verga, yo escribo para mí, para un pequeño grupo de amigos que creen en el arte libre de toda esa mierda.
-¿Dónde vivís?
-En Ciudad Planeta.
-¿Qué hacés?
-Escribo poesía.
-Puta, mis respetos para los poetas, yo escribo poesía, pinto, hago diseño…
-A mi me vale verga…vos lo que tenés es jeta…Vos tenés jeta y te vendés. Vos sos un puto que se vende… ¿Qué querés? ¿Enseñarme a vender?… ¿Vos creés que el arte se trata de vender…? Estas muerto. Vos tenés futuro, vos funcionás con toda esta mierda…vos debés dedicarte a vender, el arte es otra cosa.
-Yo hago arte…
-¿Arte? Me cago en tus ventas.
- No jodás, vos sos ofensivo.
-¿Y quién sos vos aquí? ¿Creés que porque leés tus revistitas publicitarias de mierda sabés de arte? No jodás. Vos sos un jetón. Te vi en esa mierda que hiciste en el Centro Cultural Sampedrano, una burla. ¿Qué sabés de arte? ¿Para qué sirve?
-Puta, se trata de mercadeo, una ciencia.
-Mercadeo…si son unos hijos de puta. Vos te llevarías bien con ese hijueputa de la Dirección de Cultura.
-¿Con quién?
-Con ese sinvergüenza…un ladrón, un pinche y vil ladrón…
-Te referís a…
-…Mirá, vine a beber…vos traés esa plática de mierda. Dedicate a las ventas. Te va a ir bien. Sos buen vendedor. Pintá y vendé. Con la poesía no te metás, vos no sos poeta.
domingo, 23 de noviembre de 2008
Vivir sin poesía

Por Jorge Martínez Mejía, Poeta del Grado Cero
El Palacio Nacional de la Cultura, colosal en sus maneras e insuperable en su elocuencia posmoderna, ha bajado sus ojos a los caserones y cuarterías para valorar su cretina riqueza. Imposible soportar la miseria, las nubes de polvo y la vileza. La arquitectura y la mentecatez se han besado en el casino y la llovizna persistente ha enlodado la alfombra principal del Palacio. Con disimulada fruición permanezco en los ventanales desde donde pueden verse todos los salones del arte: Artcyclopedia ArteSpain, Ateneum Art Museum, Roman Bitadir, Brooklyn Museum, Galleria degli Uffizi, Guggenheim Museum, Hermitage Museum, Hong Kong Galleries, Museo Bilbao, Museo del Prado, Museo Reina Sofía, Museo Thyssen, Museo Van Gogh, National Gallery, Nineteenth-Century Art, Ottawa Art Gallery, Musée du Québec, Museo Nacional Kyongju, Museo de Arte Contemporáneo…musée, musée, musée…Asisto a cada sitio desde mi pequeño ángulo sin dejar mi modesto café en su taza de barro.
Virtual, todo es virtual. La poesía, la pintura, la escultura, el lenguaje. La uniformación del lenguaje cibernético ha permeado la Société d’artistes et des Intellectuels. No hay artistas mayores ni menores. En un rincón puede encontrarse un genio con un pequeño misterio similar al de Borges ¡Qué época! El tiempo terminó su linealidad y todas las escaleras se juntan en espirales movedizas. Unos bohemios lograron despertar el interés con su testimonio irritado y su naturaleza hippie, soberbio testimonio, enorme puente que conduce hacia las calles polvorientas del verano en Arizona o a la Plaza de Santiago. Se acabaron los subalternos, los guardianes y vigías del templo. La dispersión arquitectónica visualiza las urbes como una primitiva necesidad de la barbarie. Los sentidos, la experiencia particular del individuo, la vivencia, el testimonio vital, la vida en el barrio, en el cuartucho de mala muerte. La infinita riqueza de la miseria y el placer de encender un cigarrillo sin temor al equívoco, la vida plena, vivir sin poesía; más que una entelequia constituyen un ejercicio de transgresión permanente.
Las enormes galerías y centros comerciales ubicados estratégicamente en las afueras de las urbes, armados en diferentes niveles con elevadores y escaleras flotantes, acogen millares de individuos sin nombre que llegan desde sus pequeños montículos de miseria a paladear el sabor imposible de la posmodernidad. La enorme caperuza de granito armado se especializa en la ilusión novedosa, en la efímera mirada y el hábito de ser visto, la antigua necesidad humana tan mencionada por Hegel. Hegel, lo vi pasar una de estas tardes de frío por la plataforma gris que bordea el Palacio Nacional de la Cultura. Un forastero triste con enorme gabán encendía un cigarrillo debajo de un farol azul invadido de mosquitos, un transeúnte común detenido un minuto en la noche de un domingo.
Ya entrado en las afueras, hacia donde llegamos después de casi una hora de camino y donde la luz cada vez es más escasa, los condominios medianos hacen su aparición, muy próximos a las zonas industriales. Enormes naves horizontales que trabajan sin hacer ruido. Luego la pequeña entrada hacia la derecha, la empalizada solitaria donde respiro un aire fresco y conversador que me lleva a mi pequeña morada desde donde puedo ver el mundo sin dejar de ser yo mismo, el cretino.
sábado, 22 de noviembre de 2008
Oda pospoética a la cebolla

Por José Fernández Ortiz, Poeta del Grado Cero (recién fichado)
amiga de la olla,
aunque no tengamos mantequilla
ni tomate,
ya verás, cebolla,
con sólo que tengamos aguacate
y un rimero de tortillas,
ya nos hicimos el día.
Ah, y la pizquita de sal, cebolla,
y la pizquita de sal
que nunca falla.
jueves, 20 de noviembre de 2008
Cómo crecen los literatos

Por Jorge Martínez Mejía
Ya de noche, escondidas con humildad mis pertenencias ante la visita distinguida de las mujeres literato, a quienes he atendido con suma cortesía, con delicadeza, tal como procede, después que se han ido, me ha dicho Helen Umaña que le ha gustado mi actitud cordial. Helen lo observa todo con un silencio impecable. Lejos, en la misma noche, John Connolly canta una canción que suena popular.
–John Connolly.
-Canta bien.
-Sí. Ahora está agradeciéndole a su amigo, a Javier Hernández. Siempre lo menciona.
-Me gusta este retiro.
Por el camino de enfrente, los amigos escritores con sentido de culpa han llegado y se han metido por entre los hilos de alambre de púas, a disfrutar la reunión que espontáneamente habíamos creado con Helen.
-¿Y la poesía? –Me ha preguntado uno de ellos.
-Ha muerto.
-¿No puede ser? ¡Yo quiero crecer como literato!
-Era un mito. Es difícil aceptarlo, pero es cierto. A mí, definitivamente, ya no me afecta, lo he descubierto y es más sano. La poesía no es. Era un mito.
Cuando he dicho esto, he observado que Helen me mira, no incrédula, sonriente, como perdonándome el comentario sincero.
Mi hija, que también ha llegado agitada, se ha sentado a mi lado. Después de abrazarla, le he pedido que se ponga mi bufanda verde, que se puede resfriar. Tiempo después, nos hemos ido al espectáculo, a ver cómo crecen los literatos.
miércoles, 19 de noviembre de 2008
IV Peregrinaje de Escritores "Helen Umaña"

Programa
Viernes 28 de noviembre
15:00 Arribo de los escritores a Trinidad. Sede La Siembra.
15:30 Inscripción y alojamiento de los participantes. Sede La Siembra.
19:30 Programa especial: “Homenaje a Helen Umaña”. Centro Social Triniteco
Noche de poesía y trova. Centro Social Triniteco
Sábado 29 de noviembre
9:00 Caminata al balneario La Migajita
10:00 “Semblanza de Helen Umaña”, por Sara Rolla
11:00 Presentación de la obra “Pájaro Negro”. Teatro La Siembra.
13:30 I Encuentro Nacional de Grupos Literarios de Honduras.
17:00 Clausura del I Encuentro Nacional de Grupos Literarios de Honduras.
17:00 Caravana de Mototaxis Literarios
19:00 Proyección del vídeo “Helen Umaña. La literatura, la vida.
Invitan:
Levi Van Veluw
lunes, 17 de noviembre de 2008
domingo, 16 de noviembre de 2008
Un Infrarrealista en la ciudad de la mierda (Testimonio de S.D.M. Curador de arte)

-Ora carnal, muérase dándole vergazos a esos cochecitos hasta dejarlos como mole de aguacate. Éntrele.
Me saqué la verga y estuve aporreando el vidrio y los parachoques de más o menos siete carritos pintosos hasta dejarlos bien aplastados. Eso fue todo. Nos echamos otro puro y luego salimos a la calle. Caminamos sin piedad con las manos en las bolsas. Él hablando de sus revoluciones esenciales y yo callado. Poseía al menos esa virtud de hablar pendejadas con un maravilloso sentido de belleza que a mí, para ser honesto, me parecían puras burradas, loqueras de la mota. Los poetas en todas partes son los mismos, tienen las mismas aberraciones. Pero José Alfredo (Papasquiaro) a veces me convencía de su fe en la poesía. Hay que estar con el maestro, me decía, en el palacio de las libaciones. –Ya venís vos con tus cabronadas, le decía yo. Las tortas de anís, me decía, son las que sostienen toda esta porquería y nadie lo merece. La crueldad, el saqueo, las jardineras, la inefable mierda. Vos parecés pendejo, le decía yo, dejá esa tontera de la poesía, esa pendejada te va a matar si no te mata la marihuana y el trago.
-¿Qué sentido tiene esto? ¿Randon House? ¿Mondadori? ¿Los libros? ¿Los poemas? ¿El berrido de los poetas? ¿El agua en oriente? ¿La luz en la retina?...
-Pues nada tiene sentido si no tenés pisto en las bolsas. ¿Acabado qué putas tiene sentido? Sólo la mota. Las mujeres saben más que vos, fijate. Vos sos el que parecés pendejo ahí, concentrado en esa mierda.
Cuando me vine de regreso a Honduras no les dije ni pija, ni me despedí, quizás eso fue lo que maleó al cabrón porque cuando regresé sólo me dijo que por qué putas me había ido…que u la lá… Yo sentía un poquito de vergüenza porque le había robado como diez libros sobre arte, de cerámica principalmente, pero el cabrón estaba tranquilo.
Yo conocí bien en el pedo que andaba José Alfredo con Roberto Bolaño. Anduve con ellos pijineando en el D.F. Lo que me interesaban eran las conversaciones sobre arte, pero no era siempre que hablábamos de eso…Era como aquí, con el vergueo que se tienen ustedes con esa pendejada de los Poetas del Grado Cero, que tienen más de cero que de poetas porque yo no les miro nada. Como a José Alfredo (Papasquiaro) yo no le miraba nada, las puras loqueras de la mota, pero miralo ahora…un montón de pendejos se llenan la jeta que Papasquiaro aquí, que Papasquiaro allá…y de arte no saben ni mierda, mucho menos de poesía….locos es que están todos como esta ciudad de mierda…porque aquí sólo mierda hay hasta para tirar para arriba ¿No creés?...
viernes, 14 de noviembre de 2008
Versiones de Monsieur Milovan

MM-Para mí era como leer a Borges. Me gustan, me fascinan los dibujos y las ilustraciones cómicas y los programas de TV argentinos. Un poco más sobrio Borges, creo.
ReMeT: -Cuando lo entrevistaron los Poetas del Grado Cero se le notó agraviado por el mote de Mojigato que le endilgaron en su Manifiesto…
MM- Ellos creen, al igual que un tal Mallo, haber inventado la Metapoesía, la Post-Poesía y la Megapoética de la muerte. A mi parecer no entendieron la integración epistemológica, la literatura transgenérica y el cambio multigeneracional… transgeneracional que vino después de los “Detectives Salvajes”.
ReMeT: - Sin embargo los Poetas del Grado Cero se estiman a sí mismos como el renovado espíritu de la literatura contemporánea…con un poco de falsa modestia, pero en el fondo eso es del dominio público…
MM-¿Nuevo y renovado espíritu literario? En realidad yo soy admirador de los Poetas del Grado Cero, me gusta su instinto de superación, su desmedido afán de reconocimiento, la creación de su propio mito mientras hablan de “la muerte del mito”, pero, en serio, su discurso sigue la linealidad de occidente y repiten el mismo canto de Octavio Paz cuando lo denigran. Hacen lo mismo que los Infrarealistas. Son la negación de la negación de la negación de la poesía…
ReMeT: ¿Es cierto que se prepara para participar en el Campeonato de Poesía que ha programado el grupo Paíspoesible en el 2009?
MM:- Me sorprende esa afirmación. Nos tocó en azar vivir el tiempo del postumismo, del bloggismo y del postismo. Yo soy serio. Mi visión es el devenir aunque mi pensamiento se ancle en los 80´s. Mi plataforma poética es desconocida todavía. No regalo ideas, me guardo la última sonrisa y no le transfiero mi experiencia poética a nadie, como hacen los del Grado Cero y los paíspoesible. Sigo en la misma línea aunque a distancias paralelas. Mi personalidad es insoportable pero sé reconocer los esfuerzos. Ni censura, ni condena. Ni elogio y lisonja. La poesía no está muerta, sólo es una idea, sigue vivita chaval, sigue vivita y coleando… ¿Qué son esas pendejadas de que la poesía ha muerto? La metapoesía es devenir, intransferible utopía hacia la contemplación del arte.
ReMeT:- Hay quienes afirman que Jorge Martínez es el poeta vivo más importante de Honduras y otros desconocen absolutamente su importancia en la literatura ¿Qué sabe al respecto?
MM:- Jorge Martínez fue compañero mío en la universidad, yo conozco su trabajo y, por el buen gusto, por estudio y por justicia, debemos estimar su obra como señera y reveladora de una nueva forma de belleza, a veces desaforada y pasional en sus fases amorosas, pero en la profundidad de la literatura hay que considerarle un autor máximo de nuestra vida contemporánea, aunque desconozcamos su obra. No me cae bien personalmente, eh?...
ReMeT: - ¿No es eso un elogio?
MM:- Después de su breve poemario del que nadie ha dicho nada ¿Qué le puede agregar este comentario? Pero mire, yo le voy a decir algo: He escuchado comentarios y ya se conocen sus epigramas y uno que otro soneto. De todos modos, ningún poeta queda vivo en Honduras. Él también será dejado de lado, dejado de la mano, despojado, sin pena ni gloria, como si abundáramos en genio. Los Poetas del Grado Cero murieron al nacer.
ReMeT:- ¿Escribe usted poesía?
MM: - Tengo una colección de sonetos que he titulado Mamotretos, aquí le muestro uno:
PRE SONETO EN UNA SALA DE LA U
Poetas, literatos y orates,
El vendedor de petates
y todos dicen mejor,
MM: - Ese se lo dediqué a un poeta maldito que se la tira de Arthur Rimbaud en la Carrera de Letras. ¿Le dije que estudiaba Letras?