jueves, 15 de octubre de 2015

MISTER K



Mister K. y JJ

Yorch y Mister K.





Por Jorge Martínez Mejía



Todos los días, después de despertarse y cepillar sus dientes, míster K. va hacia su auto, se hunde en él, lo enciende, y enciende su puto día. Todos los días pasa por la misma calle hacia su trabajo recordando que es el mismo día. Lleva consigo su rabiosa cerveza de la noche anterior y al beber un sorbo registra el sabor del óxido de una lata fabricada en un horno de esta ciudad del infierno. Puede ser una ciudad nacida en la guerra —piensa— en la guerra de las tres de la reciente madrugada. El pequeño carrito sigue su curso normal —¿verdad míster K? No se aparece ninguna patrulla. El afortunado olor a gasolina húmeda es lindo al respirar y el asfalto sigue limpio y recién llovido. Al estacionarse, míster K. siente entre las piernas su triste juguete abusado al máximo, en el sudor. Sabe que huele a esa mujer de pelo negro y largo y el sonido del ascensor lo devuelve a la realidad de su barba turbia. Todo parece real, hasta ahora.

Míster K. se mira al espejo, todo es normal. Está escrito en un solo movimiento de tango. La máquina traga personas lo sabe. Míster K. mete su tarjeta de control de trabajo en la ranura y el mecanismo de control refleja su cara seca en la pantalla azul. Su paso, al entrar a la oficina, lleva ese antiguo ritmo en la sangre. Es el último míster  K. entrando a la puta ciudad. Antes de sentarse en su silla de fibra, míster K. corre con sus dedos blancos la cortinilla…y allí está la ciudad, vigilante, mirando al último hijo de puta míster K.



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Darío Cálix, míster K. no solo es un autor y un personaje. Es un autor usando el material de su vida en su obra. Quizás no pretenda ser el más irreverente de un grupo que ha apostado todo para su propia obra, quizás sólo defiende la posibilidad de contar su vida, de testimoniar su vida. Nadie aquí comprenderá, ni él mismo tal vez, el origen de ese afán de mostrar cierta violencia que subyace en su obra…no por la escatología del lenguaje, ni la nutrida incomprensión de su vida, sino por la naturaleza misma de una historia signada por el dolor que el autor trata de reconstruir sin importarle hasta qué punto alguien hunde una daga de la que se siente víctima y victimario.

Darío Cálix, Mister K. no intenta ser líder de ninguna oleada literaria, su obra nace de manera natural. No defiende nada, no le apuesta a nada. Darío Cálix, Míster K., apesta a sin sabor ideológico, corre sin prisa, sin ofrecer paisajes ni postales. Más bien pareciera que su estética radica en cierta inmoralidad, en cierto cultivo de maldad, de imperfección, porque ¿a quién se le ocurriría dejar clavado a un niño en las estacas de hierro de una iglesia solo para mostrar sus huellas dactilares de homicida? Hay algo que irrumpe, que se proclama en atrocidad para el deleite del lector, porque algo se hunde en la ficción del relato, una vocación para sondear en la perversidad de sí mismo. Se trata de observar en el acto maligno una indolencia de la conciencia del lector.

Hay una esencial y verdadera perdición del alma, si por alma entendemos la voluntad de conexión humana. No es humor negro, ni hilaridad, ningún divertimento, no es ningún chiste. Se trata de un sondeo a fondo de la perversidad.

A pesar de todo, de la estructura en distintos fragmentos, de su jovialidad; Darío Cálix, Míster K. nos invita a escondernos en su individualidad, en su interior de hombre extraviado en el dolor. No hay base racional que defienda su postura moral de dormir abrazado a una pierna muerta, o que sea un cadáver bailando un último tango.

Yo lo he visto, Míster K., sudando obscenamente en esta puta ciudad del infierno, toda ella dándole la espalda, echándose a reír detrás de Usted. Yo lo he visto Míster K., desconfiando de sí mismo, de su memoria y de su trago, lo he visto echarse en su sombra, con dos o tres inservibles palabras para intentar recuperar su miserable vida.








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miércoles, 14 de octubre de 2015

ORIGEN Y MÓVILES DEL LINCHAMIENTO DE ROSENTHAL, EL OSCURO TRASFONDO DE UNA TRANSACCIÓN INCONCLUSA III (A G.B.)



Por Rodolfo Pastor Fasquelle


También en los 1940s, Carias (a quien admira JOH) persiguió y expropio los bienes de los judíos alemanes en Honduras. ¿Pero por qué sucede una cosa así, aquí y ahora? ¿Quiénes son y qué persiguen sus perpetradores? ¿Qué busca este circo de canallas? ¿Cómo que ya? ¿Por qué se habla entre líneas de otros bancos?

Pendientes y aún lejanas las sentencias judiciales, no digamos el veredicto de la historia, que tardará aun veinte años, hoy está claro que las autoridades hondureñas y estadounidenses colaboraron íntimamente en el sigilo y la logística de la puntillosamente planificada operación que desembocó en las escandalosas acusaciones y la agresión a los Rosenthal. El propio JOH confesó que la intervención de Banco Continental se venía planificando desde hace tiempo, sin la judicatura. El origen del golpe hay que buscarlo dice un dictum antiguo, en el beneficio y el beneficiario. ¿Quién resulta beneficiarse del espectáculo?

Estados Unidos ha sostenido a raíz de esta novel guerra contra el narco enfrentamientos discretos con bancos poderosos, que acarrearon a los acusados severo daño económico. Se multó, pero nunca nadie habló de intervenir, expropiar o liquidar al Bank of America cuando se comprobó que había recibido depósitos del crimen. El caso más conocido y divulgado ha sido el que involucró al Banco HSBC fundamentalmente inglés, con sede y socios en Hong Kong condenado por lavado de activos del narcotráfico. También ese banco tuvo que pagar multas y reparaciones cuantiosas. Pero nunca presentaron, los estadounidenses, ni nadie mas, cargos criminales contra sus accionistas y funcionarios, como lo hacen aquí contra Rosenthal. Tampoco intervinieron al banco, que se ajustó a su pérdida, se retiró de mercados secundarios, como Honduras y sigue siendo uno de los más importantes bancos del mundo. Esta es, dice el propio Embajador, la primera vez que el gobierno de los EUA, valiéndose de esta Ley Kingpin, acusa a un Banco.

¿Por qué estrenarse aquí? Hay bancos en Honduras que han sido señalados por la Comisión Nacional de Banca y Seguro, por operaciones de lavado de dinero y un par mas, acusados por lo mismo en el extranjero. Hace unos días varios gobiernos sudamericanos publicaron investigaciones sobre Banco FICOHSA por delitos semejantes de que hoy lo acusa Panamá, sin amagar más que con una multa. ¿La Subsecretaria quería otro?

No contamos con la información. ¿Está EUA ensayando un procedimiento novel en un país con una clase gobernante sumamente debilitada y con un escaso sentido de soberanía y de identidad? ¿Para ver después como puede hacer lo mismo en países más grandes y fuertes; con instituciones más sólidas? Sin que parezca interesarles el sentido de la justicia ni la posible deriva del escándalo o daño consecuente.

Para propiciarlo, los EUA han dispuesto regalarle un banco a JOH, para lo que quiera y comprometen todo el apoyo que haga falta. El mismo día felicitan al gobierno de Juan Hernández por sus diz que impresionantes logros macros, en todo caso derivados de una explotación fiscal despiadada. Y se comprometen a que, aunque vengan nuevas intervenciones (No hay banquero en Honduras que no tiemble), ellos, los estadounidenses nos acompañarán y presumiblemente aportarán recursos para sanear el sistema.

El Embajador Nealon, que ha sido tan cauteloso para actuar o pronunciarse con respecto a los escándalos contra la corrupción del Partido en el poder y ha promovido la estratagema del gobierno para evadir una CICIH, ha saltado temerario a afirmar que la intervención del banco Continental es prueba de que en Honduras ya no prevalece la impunidad. Cuando estas mismas palabras son la mas clara expresión de impunidad.

Aquí la impunidad se va a terminar Nealon cuando los altísimos funcionarios de gobierno con que Ud. fraterniza respondan a las múltiples, contundentes acusaciones de corrupción que ha afectado las vidas y calidad de vida de los ciudadanos y derecho habientes. ¿Cuente a título de qué preside Ud. las reuniones de la Comisión de Banca y Seguros, Embajador? Por asociación ¿es cómplice?

En todo caso cuando los narcos depositaban dinero en Banco Continental esperaban recibir dinero, lo que es legal. Pero cuando le daban contribuciones políticas a sus panas entonces candidatos, compraban influencia, afectando el bien público. Aunque después los traicionaran. Aquí el gran perdedor es precisamente EUA, que ha venido a meterse con el pulgarcito del mundo, y que para combatir a los narcos, abraza a sus padrinos políticos, y persigue a una familia que, aunque no lo entiendan en Pensilvania, se ganó a brazo partido una fortuna y un prestigio que no desaparece.

Y que rebotará. JOH esta en una situación de ganar ganar. No sabe qué va a repartir entre los nerviosos colegas de Rosenthal, para aplacarlos. Aunque no puede dormir (¿quién pudiera en su lugar?) tampoco puede esconder Hernández la sonrisa y anda feliz como una lombriz, mientras reza beatitudes, regurgita líneas publicitarias y se contradice una y otra vez. Le llega como anillo al dedo la irrupción de un escándalo distinto que celebran sus amigos y otros despistados, que le quita el reflector de la atención publica para concentrarlo en otra dirección y le quita a uno o dos contrincantes del camino. La prensa que disimuló el golpe, que luego encubrió el fraude, y ocultó después las evidencias de que tanto Hernández como sus compañeros en la cúpula del P.N. intimaron con los hoy deportados. Y ahora el villano es J.R.O. y J.O.H. el héroe. El más cochino resulta ser el paladín de la pureza financiera, el protegido del Tío Sam y el terrible Iván de lo que queda de una élite de boyardos acobardado. La calle ronronea.

Por si alguien se atreve, ya mandó JOH prohibir en todo caso que se hable del tema. No esconden su felicidad tampoco otros capos y banqueros que se siente menos pobres, con haber recortado la fortuna del caído. Y quieren que ya lo ¿superemos?