martes, 31 de marzo de 2009

El increible mundo de Lasse Gjertsen



Lasse Gjertsen puede presumir de ser el autor de uno de los vídeos más vistos de todos los tiempos en Youtube. Nada menos que 6.800.000 visitas han colocado a este joven noruego de 23 años entre los siete “Youtuberos” de mayor éxito de la red. Pero lo que realmente tiene mérito del asunto es que Lasse, a pesar de ser un auténtico freak, no es uno de esos mocosos que se ponen a hacer tonterías delante de su cámara de vídeo para conseguir su minuto de fama, lo suyo es pura creatividad con un toque surrealista.

martes, 24 de marzo de 2009

E.E. Cummings, poemas

Ilustración de Gustav Klimt: Rouge water


en algún lugar al que nunca he viajado,
felizmente más allá
de toda experiencia,
tus ojos tienen su silencio:

en tu gesto más frágil hay cosas que me rodean

o que no puedo tocar porque están demasiado cerca.
tu mirada más fugaz me abrirá facilmente

aunque me haya cerrado como un puño,
pétalo por pétalo me abres como la Primavera abre
(tocando hábil. misteriosamente)
su primera rosa o si deseas cerrarme,
yo y
mi vida nos cerraremos muy bella,
súbitamente,

como cuando el corazón de esta flor imagina

la nieve cayendo cuidadosa por doquier

nada que hayamos de percibir en este mundo
iguala
la fuerza de tu intensa fragilidad,
cuya textura
me somete con el color de sus campos,
retornando a la muerte y la eternidad con cada respiro.
(no sé qué es lo que en ti cierra
y abre,
sólo algo en mi entiende
que la voz de tus ojos
es más profunda que todas las rosas)
nadie,
ni siquiera la lluvia,
tiene manos tan pequeñas

Porque sentir es lo primero

Porque sentir es lo primero
el que preste atención
a la sintaxis de las cosas
nunca podrá besarte por completo

ser un completo idiota
mientras es Primavera en el mundo

le parece muy bien a mi sangre, y que los besos
son un mejor destino
que la sabiduría
nena, lo juro por las flores.
No, no llores
-el mejor guiño de mi mente vale menos
que el aleteo de tus párpados que dice

que somos uno para el otro:
riéte, entonces, recostada
entre mis brazos,
porque la vida no es un párrafo. Y la muerte
me parece que no es ningún paréntesis.

..........

me gusta mi cuerpo cuando está con tu
cuerpo. Es algo tan completamente nuevo.
Los músculos mejor y los nervios más.
me gusta tu cuerpo, me gusta lo que hace,
me gustan sus modos. Me gusta sentir la columna vertebral
de tu cuerpo y sus huevos, y la
—firme—suavidad temblorosa y lo que
una y otra y otra vez
besaré, me gusta besar esto y aquello de ti,
me gusta, acariciar lentamente el vello escandalizador
de tu eléctrica piel, y qué es—esto—viene
la carne dividida... y los ojos grandes migajas de amor,
.
y quizás me gusta la emoción
de ti abajo de mí tú tan completamente nueva

Versión de Luz Fonseca


X

cuando hayas recibido tu último aplauso, y
el telón final haga desaparecer el mundo,
sumiendo en el desaliento y en un sombrío silencio
ese escenario que no volverá a conocer tu sonrisa,
y te quedes un momento mientras yo te miro
reflexiona en el triste papel que te permitirán representar;
ya veo los grandes labios encendidos, el rostro gris
y los melancólicos y silenciosos ojos de Magdalena.
Las luces han reído por última vez; afuera, la oscura
calle aguarda a aquélla cuyos pies han pisoteado
las necias almas de los hombres hasta convertirlas en polvo dorado:
se detiene en el umbral de la derrota,
su corazón se quiebra en una sonrisa -es el Deseo...

el mío también, pequeño poema pintado por dios

Traducción de José Casas

sábado, 21 de marzo de 2009

Tres poemas oscuros de la modernidad

Magritte: Interdite

T.S. Elliot


East Cocker
(De Cuatro Cuartetos)


En mi comienzo está mi fin,
en sucesión se levantan y caen casas,
se desmoronan, se extienden, se las retira, se las destruye,
se las restaura, o en su lugar hay un campo abierto,
o una fábrica, o una circunvalación.
Vieja piedra para edificio nuevo, vieja madera para hogueras nuevas,
viejas hogueras para cenizas, y cenizas para la tierra,
que ya es carne, piel y heces, hueso de hombre y animal,
tallo y hoja de maíz. Las casas viven y mueren,
hay un tiempo para construir y un tiempo para vivir y engendrar,
y un tiempo para que el viento rompa el cristal desprendido
y agite las tablas del suelo donde trota el ratón de campo,
y agite el tapiz hecho jirones con un lema silencioso.
En mi comienzo está mi fin.

Ahora cae la luz a través del campo abierto,
dejando la hundida vereda tapada con ramas,
oscura en la tarde, donde uno se apoya contra un lado cuando pasa un carro,
y la vereda hundida insiste en la dirección hacia la aldea,
hipnotizada en el calor eléctrico.
En cálida neblina, la sofocante luz es absorbida,
no refractada, por piedra gris, las dalias duermen en el silencio vacío, esperad el búho tempranero (...)
Llevando el compás, marcando el ritmo en su danzar,
como en su vivir en las estaciones vivas,
el tiempo de las estaciones y las constelaciones,
el tiempo de ordeñar y el tiempo de segar,
el tiempo de aparearse hombre y mujer
y el de los animales, pies subiendo y bajado,
comiendo y bebiendo, estiércol y muerte.
La aurora apunta, y otro día se prepara para el calor y el silencio.
Mar adentro el viento de la aurora se arruga y resbala.
Estoy aquí, o allí, o en otro lugar, en mi comienzo.
Y rígidas, fuertes, las tías Amelias;
Y luego cojeando, cojeando la novia.

John Keats

Oda a un Ruiseñor

Me duele el corazón y un pesado letargo aflige
a mis sentidos,
tal si hubiera bebido cicuta o apurado un opiato
hace sólo un instante y me hubiera sumido en el Leteo:
y esto no es porque tenga envidia de tu suerte,
sino porque feliz me siento con tu dicha cuando,
ligera dríade alada de los árboles,
en algún melodioso lugar de verdes
hayas e innumerables sombras brota en el estío tu canto enajenado.
¡Oh, si un trago de vino largo tiempo enfriado
en las profundas cuevas de la tierra que supiera a
Flora y a la verde campiña, canciones provenzales,
sol, danza y regocijo; oh, si una copa de caliente sur,
llena de la mismísima, ruborosa Hipocrene,
ensartadas burbujas titilando en los bordes,
purpúrea la boca: si pudiera beber y abandonar el mundo inadvertido
y junto a ti perderme por el oscuro bosque!
Perderme a lo lejos, deshacerme,
olvidar que entre las hojas tú nunca has conocido la inquietud,
el cansancio y la fiebre aquí,
donde los hombres tan sólo se lamentan y tiemblan de parálisis postreras,
tristes canas, donde crecen los jóvenes como espectros y mueren,
donde aun el pensamiento se llena de tristeza y de desesperanzas,
donde ni la Belleza puede salvaguardar sus luminosos ojos
por los que el nuevo amor perece sin mañana.
¡Lejos! ¡Muy lejos! He de volar hacia ti.
No me conducirán leopardos de Baco sino unas invisibles y poéticas alas;
aunque torpe y confusa se retrase mi mente:
¡ya estoy contigo! Suave es la noche y tal vez en su trono aparezca
la luna circundada de mágicas estrellas.
Pero aquí no hay luz,
salvo la que acompaña desde el cielo el soplo de la brisa cruzando
el oscuro verdor y veredas de musgo.
No puedo ver qué flores hay a mis pies ni el blando incienso suspendido en las ramas,
pero en la embalsamada oscuridad presiento
cada uno de los dones con los que la estación dota a la hierba,
los árboles silvestres, la espesura: pastoril eglantina
y blanco espino, violetas marcesibles recubiertas de hojas
y el primer nuevo brote de mediados de mayo,
la rosa del almizcle rociada de vino, morada rumorosa de moscas
en verano.
A oscuras escucho.
Y en más de una ocasión he amado el alivio que depara la muerte
invocándola con ternura en versos meditados para que disipara en el aire mi aliento.
Ahora más que nunca morir parece dulce,
dejar de existir sin pena a medianoche
¡mientras se te derrama afuera el alma en semejante éxtasis!
Seguiría tu canto y te habría escuchado yo en vano:
a tu requiem conviene un pedazo de tierra.
¡No conoces la muerte, Pájaro inmortal!
No te hollará caído generación hambrienta.
La voz que ahora escucho mientras pasa la noche fue oída
en otros tiempos por reyes y bufones;
tal vez fuera este mismo canto el que una senda encontró en el triste corazón de Ruth,
cuando enferma de añoranza, se sumía en el llanto rodeada de trigos extranjeros,
la misma que otras veces ha encantado mágicas ventanas
que se abren a peligrosos mares en prodigiosas tierras ya olvidadas.
¡Olvidadas! El mismo tañer de esta palabra me devuelve,
ya lejos de ti, a mi soledad. ¡Adiós!
La Fantasía no consigue engañarnos tanto,
duende falaz, como dice la fama. ¡Adiós!
Tu lastimero himno se desvanece al pasar por los prados vecinos,
el tranquilo arroyo y la colina; ahora es enterrado en los calveros
del cercano valle.
¿He soñado despierto o ha sido una visión?
Ha volado la música.
¿Estoy despierto o duermo?

Charles Baudelaire
Recogimiento


Sé sabia, Pena mía, y permanece en calma.
Reclamabas la Noche; ya desciende,
hela aquí: Envuelve a la ciudad una atmósfera oscura
A unos la paz trayendo y a los más la zozobra.
Mientras que la gran masa de los viles mortales,
Del Placer bajo el látigo, ese verdugo impávido,
Cosecha sinsabores en la fiesta servil,
Ofréceme tu mano, Pena mía, ven aquí Lejos de ellos.
Mira balancearse los años transcurridos
Con vestidos ridículos, sobre las balaustradas
Del cielo; la nostalgia burlona ya emerge de las aguas;
Descansa bajo un arco el moribundo sol
Y, tal enorme sudario rezagado, hacia
Oriente, Oye, querida, oye cómo avanza la Noche.

martes, 17 de marzo de 2009

Polly Morgan, el arte de paralizar la vida







Polly Morgan, nació en 1980, ha vivido y trabajado en Londres. Su amor por los animales la condujo a aprender la taxidermia (Arte de disecar los animales para conservarlos con apariencia de vivos), ahora crea su obra artística con el animal como sujeto, pero contrariamente a los trabajos normales de taxidermista, Polly Morgan no quiere imitar los hábitats naturales de los animales, le gusta colocarlos en paisajes inesperados.

domingo, 15 de marzo de 2009

Los poetas del grado cero a un año de la muerte de la poesía

video

Giovanni Rodríguez


Enterrar a la Poesía

En ti pondremos otra lápida de olvido.
A Yorch Martínez, in memoriam


Hagamos algo, man, dijo el poeta, y todos reímos. Lo dijo en serio, como si fuera la primera vez que nos lo dijera y como si creyera que su iniciativa de hacer algo pudiera contribuir a la causa. Si no quieren apoyarme, hoy mismo me compro una botella de Ron Plata, me pongo a riata y entierro a esa puta, dijo ahora, y esta vez no fueron sólo risas, sino carcajadas las que se desprendieron de las bocas de todos los presentes. Pero hablaba en serio. Esa noche llegó a su casa temprano, abrió la botella y se puso a beber. Ebrio, escribió el epígrafe de este cuento y al terminar, se dirigió a su habitación. Subió a la silla y se anudó el lazo en el cuello. Lo encontró su hermano a la mañana siguiente. Un día después, todos asistíamos al entierro. Su madre no quiso que llevara en sus manos su último poemario publicado; dijo que por culpa de la poesía se había suicidado. Al final, sólo lo enterramos a él. Y todav ía hoy, seguimos leyendo sus poemas.


Karen Valladares

Despedida para una boina gris

A Jorge Martínez Mejía



Resulta curioso, pero Jorge y yo cumplimos años casi el mismo día, a unas horas de diferencia quizás. Esta vez, como yo cumplía años primero, le dije que pasáramos nuestro cumpleaños juntos, aunque la verdad no somos de andar celebrando. Jorge me dijo que no podía quedarse conmigo el viernes, porque ya se había comprometido con los poetas del grado cero, con Darío, Gustavo, Nelson, y otra gente que él me mencionó pero que yo no conozco. Y yo entre enojada y curiosa le pregunté ¿Qué vas a hacer con ellos? No, pues iremos a chupar lo más seguro y quemaremos esta boina. ¿Qué boina? le dije yo. Esta boina gris que siempre traigo. Ahhh ya. Y por qué si siempre la llevás, ya es parte tuya, verdad, le dije. Sí, me dijo, por eso la quiero quemar, para comenzar otra historia, una nueva historia. Mmmm dije, bueno, cosa tuya. Púchica Negrita, me dijo, venite para San Pedro mejor, y aquí hacemos una sola celebración. No. Sabés perfectamente que no puedo. En eso me cayó otra llamada a mi celular, y le digo, espérame, ya te llamo. Era Nelson. Ajá vos ¿Qué ondas? No nada, tranquilo, y vos que pepx; no pues aquí maje que hoy le vamos a quemar la boina gris a Jorge. Que mala onda que no estás. Si de eso casualmente hablaba con Yorch… para la próxima será. Bueno, me dijo, ni modo, para la próxima será. Voy a traer a Darío, luego a Gustavo, aunque Gustavo ya está tomando, pero veremos. Luego paso por Yorch. ¿Y a donde irán? le pregunté. No sé, quizás a mi casa o a otro lado. Beberemos y fumaremos mota, ja já ja já. Maje, me dice, vos tenés que fumar mota algún día. No, le digo… bueno pues, cheque ahí nos estamos hablando. Dale, le dije me hablan cuando estén quemando esa cosa. Bueno pues yo aquí sigo, ahí nos vemos. Bye. Luego me puse a pensar que de verdad si me hubiera gustado estar ahí, aunque me hubiera tocado cuidarlos, porque entre ellos soy la unica que no toma, creo que Darío tampoco toma, no estoy segura. En fin. Pasó el tiempo, yo seguí como es mi costumbre frente a la computadora esperando a que esos cipotes me llamaran, y me puse a ver televisión, escuché algo de música, leí algunos capítulos de Rayuela de Cortazar (Nelson me lo obsequió para mi cumpleaños). Llegué hasta el capítulo 7, y quedé impresionada con ese capítulo. Cerré los ojos por un momento y pensé: púchica, algún día voy a escribir con esa agilidad. Luego leí algo de una antología de poesía de J. Borges. Y cada palabra que leía, también era impresionante. Como a las 12 de la noche me dormí, pensando en los del Grado Cero. Yo ya sabía algunas historias que ocultaba la boina gris, cuántas cosas pasó la pobre, pero como dice Yorch, muere con ella todo. A las 5 de la mañana timbra mi celular, y eran ellos, y me dicen: Negra, ya le dimos muerte a esa puta. Ya no hay más boina ¡Ya la quemaron! Sí, maje, puta sólo faltas vos aquí. Yo no me explico por que vivís en Teguz, tan feo que es Teguz. Como me decía Fabio Castillo un poeta que coordina el grupo Cardona Bulnes en Comayagua. Que pueblo más feo ese donde vivís, ja ja ja ja ja. Te voy a pasar a Jorge, me dijo Nelson, va pues, y en el fondo se escuchaba un vergueo que parecía que estuvieran más de 4 personas, como unas 20 por lo menos. Holaaaaaaaaa Negrita ¿Qué ondas? Ya quemamos esa mierda. Sí, me contó Nelson ahorita. ¿Y con quién más están? Sólo estamos Darío, Nelson y yo, porque Gustavo se puso a chupar con otra gente y ahí salió insultándonos. Entonces nos fuimos y aquí estamos en la casa de Nelson. ¿Ahí la quemaron a la puta? No, la quemamos en la montaña, tomé fotos con el celular, para que las mirés cuando vaya a Teguz o cuando vengás a San Pedro Sula. Está bien le dije. Cuando vino lo vi llegar con otra boina, una boina blanca. Puta dije, hay que quemar a esta otra.

viernes, 13 de marzo de 2009

El Manifiesto Dada, por Tristán Tzara


Ilustración: Max Ernst (Alemania 1891-Francia, 1976)


La magia de una palabra—

—DADA—, que ha puesto a los periodistas

ante la puerta de un mundo

imprevisto, no tiene para nosotros

ninguna importancia


Para lanzar un manifiesto es necesario:
A, B,C.


irritarse y aguzar las alas para conquistar y propagar muchos pequeños y grandes a, b, c, y afirmar, gritar, blasfemar, acomodar la prosa en forma de obviedad absoluta, irrefutable, probar el propio non plus ultra y sostener que la novedad se asemeja a la vida como la última aparición de una cocotte prueba la esencia de Dios. En efecto, su existencia ya fue demostrada por el acordeón, por el paisaje y por la palabra dulce. Imponer el propio A.B.C. es algo natural, y, por ello, deplorable. Pero todos lo hacen bajo la forma de cristal-bluff-madonna o de sistema monetario, de producto farmacéutico o de piernas desnudas invitantes a la primavera ardiente y estéril. El amor por lo nuevo es una cruz simpática que revela un amiquemeimportismo, signo sin causa, frágil y positivo. Pero también esta necesidad ha envejecido. Es necesario animar el arte con la suprema simplicidad: novedad. Se es humano y auténtico por diversión, se es impulsivo y vibrante para crucificar el aburrimiento. En las encrucijadas de las luces, vigilantes y atentas, espiando los años en el bosque. Yo escribo un manifiesto y no quiero nada y, sin embargo, digo algunas cosas y por principio estoy contra los manifiestos, como, por lo demás, también estoy contra los principios, decilitros para medir el valor moral de cada frase. Demasiado cómodo: la aproximación fue inventada por los impresionistas. Escribo este manifiesto para demostrar cómo se pueden llevar a cabo al mismo tiempo las acciones más contradic­torias con un único y fresco aliento; estoy contra la acción y a favor de la contradicción continua, pero también estoy por la afirmación. No estoy ni por el pro ni por el contra y no quiero explicar a nadie por qué odio el sentido común.

DADA— he aquí la palabra que lleva las ideas a la caza; todo burgués se siente dramaturgo, inventa distintos discursos y, en lugar de poner en su lugar a los personajes convenientes a la calidad de su inteligencia, crisálidas en sus sillas, busca las causas y los fines (según el método psicoanalítico que practica) para dar consistencia a su trama, historia que habla y se define. El espectador que trata de explicar una palabra es un intrigante: (conocer). Desde el refugio enguatado de las complicaciones serpentinas hace manipular sus propios instintos. De aquí nacen las desgracias de la vida conyugal. Explicar: diversión de los vientres rojos con los molinos de los cráneos vacíos.
Dada no significa nada
Si alguien lo considera inútil, si alguien no quiere perder tiempo por una palabra que no significa nada….El primer pensamiento que se agita en estas cabezas es de orden bacteriológico…, hallar su origen etimológico, histórico o psicológico por lo menos. Por los periódicos sabemos que los negros Kru llaman al rabo de la vaca sagrada: DADA. El cubo y la madre en una cierta comarca de Italia reciben el nombre de DADA. Un caballo de madera, la nodriza, la doble afirmación en ruso y en rumano DADA. Sabios periodistas ven en todo ello un arte para niños, otros santones jesúshablaalosniños, el retorno a un primitivismo seco y estrepitoso, estrepitoso y monótono. No es posible construir la sensibilidad sobre una palabra. Todo sistema converge hacia una aburrida perfección, estancada idea de una ciénaga dorada, relativo producto humano. La obra de arte no debe ser la belleza en sí misma porque la belleza ha muerto; ni alegre; ni alegre ni triste, ni clara ni oscura, no debe divertir ni maltratar a las personas individuales sirviéndoles pastiches de santas aureolas o los sudores de una carrera en arco a través de las atmósferas. Una obra de arte nunca es bella por decreto, objetivamente y para todos. Por ello, la crítica es inútil, no existe más que subjetivamente, sin el mínimo carácter de genera­lidad. ¿Hay quien crea haber encontrado la base psíquica común a toda la humanidad? El texto de Jesús y la Biblia recubren con sus amplias y benévolas alas: la mierda, las bestias, los días. ¿Cómo se puede poner orden en el caos de infinitas e informes variaciones que es el hombre? El principio «ama a tu prójimo» es una hipocresía. «Conócete a ti mismo» es una utopia más aceptable porque también contiene la maldad. Nada de piedad. Después de la matanza todavía nos queda la esperanza de una humanidad purificada. Yo hablo siempre de mí porque no quiero convencer. No tengo derecho a arrastrar a nadie a mi río, yo no obligo a nadie a que me siga. Cada cual hace su arte a su modo y manera, o conociendo el gozo de subir como una flecha hacia astrales reposos o el de descender a las minas donde brotan flores de cadáveres y de fértiles espasmos. Estalactitas: buscarlas por doquier, en los pesebres ensanchados por el dolor, con los ojos blancos como las liebres de los ángeles.

Así nació DADA, de una necesidad de independencia, de des­confianza hacía la comunidad. Los que están con nosotros conservan su libertad. No reconocemos ninguna teoría. Basta de academias cubistas y futuristas, laboratorios de ideas formales. ¿Sirve el arte para amontonar dinero y acariciar a los gentiles burgueses? Las rimas acuerdan su tintineo con las monedas y la musicalidad resbala a lo largo de la línea del vientre visto de perfil. Todos los grupos de artistas han ido a parar a este banco a pesar de cabalgar distintos cometas. Se trata de una puerta abierta a las posibilidades de revolcarse entre muelles almohadones y una buena mesa.

Aquí echamos el ancla en la tierra feraz. Aquí tenemos derecho a proclamar esto porque hemos conocido los escalofríos y el desper­tar. Fantasmas ebrios de energía, hincamos el tridente en la carne distraída. Rebosamos de maldiciones en la tropical abundancia de vertiginosas vegetaciones: goma y lluvia es nuestro sudor, sangramos y quemamos la sed.

Nuestra sangre es vigorosa. El cubismo nació del simple modo de mirar un objeto: Cezanne pintaba una taza veinte centímetros más abajo de sus ojos, los cubistas la miran desde arriba complicando su aspecto sección perpendicular que sitúan a un lado con habilidad.. me olvido de los creadores ni de las grandes razones de la a. que ellos hicieron definitivas). El futurismo ve la misma traza un movimiento sucesivo de objetos uno al lado del otro, añadiéndole maliciosamente alguna línea—fuerza. Eso no quita que la buena o mala, sea siempre una inversión de capitales intelectuales.
El nuevo pintor crea un mundo cuyos elementos son sus mismos medios, una obra sobria y definida, sin argumento. El artista nuevo protesta: ya no pinta (reproducción simbólica e ilusionista), sino que crea directamente en piedra, madera, hierro, estaño, bloques de organismos móviles a los que el límpido viento de las a inmediatas sensaciones hacer dar vueltas en todos los sentidos.

Toda obra pictórica o plástica es inútil; que, por lo u sea un monstruo capaz de dar miedo a los espíritus serviles y no algo dulzarrón para servir de ornamento a los refectorios de esos animales vestidos de paisano que ilustran tan bien esa fábula triste de la humanidad.

Un cuadro es el arte que se encuentren dos líneas geométricas que se ha comprobado que son paralelas, hacer que se encuentren en un lienzo, ante nuestros ojos, en una realidad que nos traslada a un mundo de otras condiciones y posibilidades. Este mundo no esta especificado ni definido en la obra, pertenece en sus innumerables variaciones al espectador. Para su creador la obra carece de causa y de teoría. Orden = desorden; yo = no-yo; afirmación = negación; éstos son los fulgores supremos de un arte absoluto. Absoluto en la pureza de cósmico y ordenado caos, eterno en el instante globular sin duración, sin respiración, sin luz y sin control.

Amo una obra antigua por su novedad. Tan sólo el contraste nos liga al pasado. Los escritores que enseñan la moral y discuten o mejoran la base psicológica, tienen, aparte del deseo oculto del beneficio, un conocimiento ridículo de la vida que ellos han clasificado, subdividido y canalizado. Se empeñan en querer ver danzar las categorías apenas se ponen a marcar el compás. Sus lectores se carcajean y siguen adelante: ¿con qué fin? Hay una literatura que no llega a la masa voraz. Obras de creadores nacidas de una auténtica necesidad del autor y sólo en función de sí mismo. Consciencia de un supremo egoísmo, en el que cualquier otra ley queda anulada.
Cada página debe abrirse con furia, ya sea por serios motivos, profundos y pesados, ya sea por el vórtice y el vértigo, lo nuevo y lo eterno, la aplastante espontaneidad verbal, el entusiasmo de los principios, o por los modos de la prensa. He ahí un mundo vacilante que huye, atado a los cascabeles de la gama infernal, y he ahí, por otro lado, los hombres nuevos, rudos, cabalgando a lomos de los sollozos.

He ahí un mundo mutilado y los medicuchos literarios preocu­pados por mejorarlo. Yo os digo: no hay un comienzo y nosotros no temblamos, no somos unos sentimentales. Nosotros desgarramos como un furioso viento la ropa de las nubes y de las plegarias y preparamos el gran espectáculo del desastre, el incendio, la des­composición. Preparamos la supresión del dolor y sustituimos las lágrimas por sirenas tendidas de un continente a otro. Banderas dc intensa alegría viudas de la tristeza del veneno. DADA es la enseñanza de la abstracción; la publicidad y los negocios también son elementos poéticos.

Yo destruyo los cajones del cerebro y los de la organización social: desmoralizar por doquier y arrojar la mano del cielo al infierno, los ojos del infierno al cielo, restablecer la rueda fecunda de un circo universal en las potencias reales y en la fantasía individual.

La filosofía, he ahí el problema: por qué lado hay que empezar a mirar la vida, Dios, la idea y cualquier otra cosa. Todo lo que se ve es falso. Yo no creo que el resultado negativo sea más importante que la elección entre el dulce y las cerezas como postre. El modo de mirar con rapidez la otra cara dc una cosa para imponer directamente la propia opinión se llama dialéctica, o sea, el modo de regatear el espíritu de las patatas frutas bailando a su alrededor la danza del método.

Si yo grito:

IDEAL, IDEAL, IDEAL,

conocimiento, conocimiento, conocimiento
bumbúm, bumbúm, bumbúm,

registro con suficiente exactitud el progreso, la ley, la moral y todas las demás bellas cualidades de que tantas personas inteligentil han discutido en tantos libros para llegar, al fin, a confesar que cada uno, del mismo modo, no ha hecho más que bailar al compas de su propio y personal bumbúm y que, desde el punto de vista de tal bumbúm, tiene toda la razón: satisfacción de una curiosidad morbosa, timbre privado para necesidades inexplicables; baño; dificultades pecuniarias; estómago con repercusiones en la ‘ida; autoridad de la varita mística formulada en el grupo de una orquesta fantasma de arcos mudos engrasados con filtros a base de amoniaco animal. Con los impertinentes azules de un ángel han enterrado la interioridad por cuatro perras de unánime reconocimiento.

Si todos tienen razón, y si todas las píldoras son píldoras Pínk., tratemos de no tener razón. En general, se cree poder explicar racionalmente con el pensamiento lo que se escribe. Todo esto es relativo. El pensamiento es una bonita cosa para la filosofía, pero es relativo. El psicoanálisis es una enfermedad dañina, que adormece las tendencias antirreales del hombre y hace de la burguesía un sistema. No hay una Verdad definitiva. La dialéctica a una máquina divertida que nos ha llevado de un modo bastante trivial a las opiniones que hubiéramos tenido de otro modo. ¿Hay alguien que crea, mediante el refinamiento minucioso de la lógica, haber demostrado la verdad de sus opiniones? La lógica constreñida por los sentidos es una enfermedad orgánica. A este elemento los filósofos se complacen en añadir el poder de observación. Pero justamente esta magnífica cualidad del espíritu es la prueba de su impotencia. Se observa, se mira desde uno o varios puntos de vista y se elige un determinado punto entre millones de ellos que igualmente existen. La experiencia también es un resultado del azar y de las facultades individuales.

La ciencia me repugna desde el momento en que se transforma en sistema especulativo y pierde su carácter de utilidad, que, aun siendo inútil, es, sin embargo, individual. Yo odio la crasa objetividad y la armonía, esta ciencia que halla que todo está en orden: continuad, muchachos, humanidad... La ciencia nos dice que somos los servidores de la naturaleza: Todo está en orden, haced el amor y rompeos la cabeza; continuad, muchachos, hombres, amables burgueses, periodistas vírgenes... Yo estoy contra los sistemas: el único sistema todavía aceptable es el de no tener sistemas. Completarse, perfeccionarse en nuestra pequeñez hasta colmar el vaso de nuestro yo, valor para combatir en pro y en contra del pensamiento, misterio de pan, desencallamiento súbito de una hélice infernal hacia lirios baratos.
La espontaneidad dadaísta

Yo llamo amíquémeimportismo a una manera de vivir en la que cada cual conserva sus propias condiciones respetando, no obstante, salvo en caso de defensa, las otras individualidades, el twostep que se convierte en himno nacional, las tiendas de antigüallas, el T.S.H., el teléfono sin hilos, que transmite las fugas de Bach, los anuncios luminosos, los carteles de prostíbulos, el órgano que difunde claveles para el buen Dios y todo esto, todo junto, y realmente sustituyendo a la fotografía y al catecismo unilateral.

La simplificidad activa.

La impotencia para discernir entre los grados de claridad: lamer la penumbra y flotar en la gran boca llena de miel y de excrementos. Medida con la escala de lo Eterno, toda acción es vana (si dejamos que el pensamiento corra una aventura cuyo resultado sería infinita­mente grotesco; dato, también éste, importante para el conocimiento de la humana impotencia). Pero si la vida es una pésima farsa sin fin ni parto inicial, y como creemos salir de ella decentemente como crisantemos lavados, proclamamos el arte como única base de entendimiento. No importa que nosotros, caballeros del espíritu, le dediquemos desde siglos nuestros refunfuños. El arte no aflige a nadie y a aquellos que sepan interesarse por el recibirán, con sus caricias, una buena ocasión de poblar el país con su conservación. El arte es algo privado y el artista lo hace para si mismo; una obra comprensible es el producto de periodistas.

Y me gusta mezclar en este momento con tal monstruosidad los colores al mezclar en este momento con tal monstruosidad los colores al óleo: un tubo de papel de plata, que, si se aprieta, vierte automáticamente odio, cobardía, y villanía. El artista, el poeta aprecia el veneno de la masa condensada en un jefe de sección de esta industria. Es feliz si se le insulta: eso es como una prueba de su coherencia. El autor, el artista elogiado por los periódicos, comprueba la comprensibilidad de su obra: miserable forro de un abrigo destinado a la utilidad publica: andrajos que cubren la brutalidad, meadas que colaboran al calor de un animal que incuba sus bajos instintos, fofa a insípida carne que se múltipla con la ayuda de los microbios tipográficos. Hemos tratado con dureza nuestra inclinación a las lagrimas. Toda filtración de esa naturaleza no es mas que diarrea almibarada. Alentar un arte semejante significa diferirlo. Nos hacen falta obras fuertes, rectas, precisas y, mas que nunca, incomprensibles. La lógica es una complicación. La lógica siempre es falsa. Ella guía los hilos de las nociones, las palabras en su forma exterior hacia las conclusiones de los centros ilusorios. Sus cadenas matan, minirapodo gigante que asfixia a la independencia. Ligado a la lógica, el arte viviría en el incesto, tragándose su propia cola, su cuerpo, fornicando consigo mismo, y el genio se volvería una pesadilla alquitranada de protestantismo, un monumento, una marcha de intestinos grisáceos y pesados.

Pero la soltura, el entusiasmo y la misma alegria de la injusticia, esa pequeña verdad que nosotros practicamos con inocencia y que nos hace bellos (somos sutiles, nuestros dedos son maleables y resbalan como las ramas de esta planta insinuante y casi liquida) caracterizan nuestra alma, dicen los cinicos. Tambien ese es un punto de vista, pero no todas las flores, por fortuna, son sagradas, y lo que hay de divino en nosotros es el comienzo de la accion antihumana. Se trata, aquí, de una flor de papel para el ojal de los señores que frecuentan el baile de disfraces de la vida, cocina de la gracia, con blancas primas agiles o gordas. Esta gente comercio con lo que hemos desechado. Contradicción y unidad de las estrellas polares en un solo chorro pueden ser verdad, supuesto que alguien insista en pronunciar esta banalidad, apéndice de una moralidad libidinosa y maloliente. La moral consume, como todos los azotes de la inteligencia. El control de la moral y de la logica nos han impuesto la impasibilidad ante los agentes de policia, causa de nuestra esclavitud, putridas ratas de las que esta repleto el vientre de la burguesia, y que han infectado los unicos corredores de nítido y transparente cristal que aun seguían abiertos a los artistas.

Todo hombre debe gritar. Hay una gran tarea destructiva, negativa por hacer. Barrer, asear. La plenitud del individuo se afirma a continuación de un estado de locura, de locura agresiva y completa de un mundo confiado a las manos de los bandidos que se desgarran y destruyen los siglos. Sin fin ni designio, sin organización: la locura indomable, la descomposición. Los fuertes sobreviviran gracias a su voz vigorosa, pues son vivos en la defensa. La agilidad de los miembros y de los sentimientos flamea en sus flancos prismáticos.

La moral ha determinado la caridad y la piedad, dos bolas de sebo que han crecido, como elefantes, planetas, y que, aun hoy, son consideradas validas. Pero la bondad no tienen nada que ver con ellas. La bondad es lucida, clara y decidida, despiadada con el compromiso y la política. La moralidad es como una infusión de chocolate en las venas de los hombres. Esto no fue impuesto por una fuerza sobrenatural, sino por los trusts de los mercaderes de ideas, por los acaparadores universitarios. Sentimentalidad: viendo un grupo de hombres que se pelean y se aburren, ellos inventaron el calendario y el medicamento de la sabiduría. Pegando etiquetas se desencadeno la batalla de los filósofos (mercantilismo, balanza, medidas meticulosas y mezquinas) y por segunda vez se comprendió que la piedad es un sentimiento, como al diarrea en relación con el asco que arruina la salud, que inmunda tarea de carroñas para comprometer al sol.

Yo proclamo la oposición de todas las facultades cósmicas a tal blenorragia de putrido sol salido de las fabricas del pensamiento filosófico, y proclamo la lucha encarnizada con todos los medios del
Asco dadaísta

Toda forma de asco susceptible de convertirse en negación de la familia es Dada; la protesta a puñetazos de todo el ser entregado a una acción destructiva es Dada; el conocimiento de todos los medios hasta hoy rechazados por el pudor sexual, por el compromiso demasiado cómodo y por la cortesía es Dada; la abolición de la lógica, la danza de los impotentes de la creación es Dada; la abolición de la lógica, la danza de los impotentes de la creación es Dada; la abolición de toda jerarquía y de toda ecuación social de valores establecida entre los siervos que se hallan entre nosotros los siervos es Dada; todo objeto, todos los objetos, los sentimientos y las oscuridades, las apariciones y el choque preciso de las líneas paralelas son medios de lucha Dada; abolición de la memoria: Dada; abolición del futuro: Dada; confianza indiscutible en todo dios producto inmediato de la espontaneidad: Dada; salto elegante y sin prejuicios de una armonía a otra esfera; trayectoria de una palabra lanzada como un disco, grito sonoro; respeto de todas las individualidades en la momentánea locura de cada uno de sus sentimientos, serios o temerosos, tímidos o ardientes, vigorosos, decididos, entusiastas; despojar la propia iglesia de todo accesorio inútil y pesado; escupir como una cascada luminosa el pensamiento descortes o amoroso, o bien, complaciéndose en ello, mimarlo con la misma identidad, lo que es lo mismo, en un matorral puro de insectos para una noble sangre, dorado por los cuerpos de los arcángeles y por su alma. Libertad: DADA, DADA, DADA, aullido de colores encrespados, encuentro de todos los contrarios y de todas las contradicciones, de todo motivo grotesco, de toda incoherencia: LA VIDA.

Dos sonetos de Jorge Martínez Mejía

Orfeo y Eurídice


En busca de Eurídice



En su cuarto, extrañamente, Orfeo

se ha visto antes del fatal descuido,
desnudo, distinto, pero más perdido,

como otro, mirando a Himeneo.


Luctuoso, flaco, de sombras adornado;

una luz en sus ojos ha encendido,

su voz triste, que Eco ha recogido,

vuelve al cuarto mortal, desvencijado.


Su mano, ayer diestra para el arte,

filosa hoja posa, amenazante,

oprimida con fuerza entre los dedos.


Feliz paseaba con ella por la tarde;

sin ilusión después la vio alejarse
y decidió hundirse el escalpelo.


Jamás volver a verme

Con mis pobres ojos de poeta veo la muerte
y su ardoroso fuego disfrazado con la vida,
veo la pompa de la rosa estremecida
y el mágico momento del amor oscurecerse.

Mi canto soñó cantar eternamente
una canción que apenas será oída,
voz en medio del griterío fenecida,
miserable y soberbia, ilusa, repugnante.

Hoy un rictus mortal ha de cerrar mi boca,
pero algo ha de quedar de mi voz viva,
quizás la tenaz presencia de la muerte,

o el inútil afán de ver mi pose altiva.
Triste destino: reírme de mi cara loca
y finalmente, jamás volver a verme.


lunes, 9 de marzo de 2009

Luis Alonso Ávila: Memoria de El Olvido: La compleja construcción de nuestra cultura



Por Jorge Martínez Mejía

Tenemos un primer libro de Luís Alonso Ávila, trabajado sobre la base de su primera memoria ¿Una novela? ¿Un relato? ¿Una serie de relatos? Tenemos aquí una propuesta de texto literario de cierta rareza que intenta lanzársenos como en un desparpajo, como un golpe de agua fresca en los ojos. Sorprendente por una movilidad extraordinaria en la que el narrador hace gala de un hábil manejo del diálogo, herramienta principal del texto con el que se van mostrando uno a uno los personajes. Con un brochazo descriptivo percibimos los ambientes en que se desplazan las escenas, la vida de un pueblo, El Olvido, ceñido a un paisaje asombroso por la fuerza con que se muestran los fenómenos naturales: lluvias torrenciales, noches de frío inclemente, veranos sofocantes. Pero el fondo del paisaje sólo le sirve al autor para recalcar la contradicción de un pueblo de maravillosa riqueza que sufre y paga con la muerte su miserable existencia. Un texto en que las vivencias dramáticas de los mineros pasan como un lúgubre telón de fondo, sin caer en la facilería del obtuso realismo social y sin opacar el espíritu festivo, alegre e ilusionado de sus personajes. El relato nos va mostrando mediante un personaje clave, el niño Raúl, diferentes escenas que constituyen las distintas facetas de El Olvido. Un perro, Príncipe, nos muestra con intención humorística la idiosincrasia mítica del pueblo; la muerte fatal de los mineros en accidentes de trabajo cotidiano; los velorios como muestra de la resistencia artística; la diferencia social entre los ejecutivos de la compañía minera y los obreros; la inocencia y el agradecimiento del obrero ante el patrón fraterno; la permanente algarabía y el festejo nocturno, el erotismo popular tratado con sumo cuidado y a la vez llevado a niveles casi grotescos, la crítica política de la izquierda, magistralmente reseñada mediante el personaje Suelacruda, el robo como una práctica de subsistencia, sin descrédito de los personajes y sin matizar los valores; la fraternidad, el respeto y el cariño filial; los personajes marginales como símbolo de lo popular; los chichipates, la magia, los desnudos femeninos descritos con gusto refinado; la vida en familia, la bohemia popular, la vida del burdel, el coqueteo, el galanteo, el pleito corriente, la traición, el perdón, el encuentro, la despedida, el crimen, la sabiduría popular; en fin, un trabajo rico en matices de extracción popular que indudablemente nos incita al estudio especializado para una propuesta de cartografía de la cultura popular hondureña. Pero en otra dirección, la técnica narrativa, el manejo del lenguaje popular, dominado para aprovechar al máximo la tensión de un conocimiento que está lejos de la academia, pero que ofrece una riqueza inmensa. El manejo de distintos tipos de lenguaje bien diferenciados, matizados desde diferentes ángulos de los personajes en los que se puede captar más allá de las relaciones ideológicas, de la extracción social, de la visión antropológica. La coexistencia de estos lenguajes como expresión de coexistencia de los personajes. El autor evade plantarse con un discurso directo y logra esta evasión alejándose mediante un narrador omnisciente que se desplaza a lo largo del relato permitiéndoles a los personajes desarrollarse sobre la base de sus diálogos. De escena en escena el narrador nos lleva con habilidad para mostrarnos una tragedia en la que nunca se pierde la alegría y la esperanza, a pesar de que no haya ningún motivo para tenerla. Las expresiones culturales registradas se asientan en un ámbito geográfico y social semi urbano o semi rural, donde la marginalidad se manifiesta con crudeza y donde, a la vez, el vehículo de comunicación preeminente es la oralidad. De ahí la enorme cantidad de diálogos en los que se sostiene la interacción de los personajes. El relato se ubica temporalmente en la década de los setentas y ochentas del siglo XX, aproximadamente, dados algunos registros de fechas y elementos tecnológicos utilizados en la narración. Esta observación nos permite al menos focalizar los aparatos que intervienen en la concretización subjetiva de los personajes. Un dispositivo cultural importante en el relato lo constituye el burdel. Espacio de recreación en el que se encuentran personajes tan relevantes como el niño Raúl, Black y Jade Esmeralda. Una casa común donde las situaciones se concentran en la dignidad de un personaje asombroso (Jade Esmeralda), autoexiliado en la marginalidad para personificar lo prohibido, la belleza y el genio artístico, indudablemente un gran personaje. Pero también el texto en sí como espacio en el que se ubican distintos escenarios casi en forma simultánea para causarnos la impresión de un enorme ojo inteligente que se desplaza hacia distintos puntos en una misma línea sucesiva de tiempo, en ese espacio el narrador nos muestra la más compleja y dialéctica realidad de un pueblo en el que miles de historias confluyen tratando de abalanzársenos para ser vistas en toda su contradicción. Una auténtica puesta en escena del pueblo como el personaje que encierra toda la riqueza del drama y desnuda la más compleja construcción de nuestra cultura, sus valores, esperanzas y frustraciones. Un texto inolvidable. Un indiscutible aporte a la literatura hondureña de comienzos de siglo.

sábado, 7 de marzo de 2009

Efémerides de marzo


27 de febrero de 1902, nace John Steinbeck, escritor estadounidense.
Muere, en 1941, James Joyce, escritor irlandés.

2 de marzo de 1931, nace Tom Wolfe, escritor estadounidense.
Muere, en 1930, DH Lawrence, novelista británico.

3 de marzo de 1996, muere Marguerite Duras, escritora francesa.

4 de marzo de 1942 se publica El extranjero, de Albert Camus. Murió, en 1852 Nicolás Gogol, novelista ruso.

5 de marzo de 1888 muere Louisa May Alcott, escritora estadounidense, autora del famoso libro de iniciación a la lectura femenina Mujercitas.

6 de marzo 1928 nace Gabriel García Márquez, escritor colombiano, premio Nobel de Literatura en 1982, el máximo representante del "realismo mágico". Sus obras más reconocidas son El coronel no tiene quien le escriba, la novela de su consagración, Cien años de Soledad (1967) y El amor en los tiempos del cólera, cuyos protagonistas Florentino Ariza y Fermina Daza fueron elegidos por algunos foristas como la pareja literaria de todos los tiempos.

7 de marzo de 1274 muere Tomás de Aquino, santo, teólogo y filósofo italiano.

8 de marzo 1999 murió Adolfo Bioy Casares, escritor argentino, el gran amigo de Borges. En 1892 había nacido la poetisa uruguaya Juana de Ibarbourou.

10 de marzo de 1994 falleció Charles Bukowski.

16 de marzo 1920 nace Olga Orozco, escritora argentina, nacida en La Pampa. Trabajó como periodista y recibió varios premios literarios, como el Juan Rulfo. Murió en 1999. De ella, recordamos su poema "Si la casualidad es la más empeñosa jugada del destino...":

Si la casualidad es la más empeñosa jugada del destino,
alguna vez podremos interrogar con causa a esas escoltas de genealogías
que tendieron un puente desde tu desamparo hasta mi exilio
y cerraron de golpe las bocas del azar.
Cambiaremos panteras de diamante por abuelas de trébol,
dioses egipcios por profetas ciegos, garra tenaz por mano sin descuido,
hasta encontrar las puntas secretas del ovillo que devanamos juntas
y fue nuestro pequeño sol de cada día.
Con errores o trampas, por esta vez hemos ganado la partida.

18 de marzo 1932 nació John Updike, escritor y periodista estadounidense, muerto el 27 de enero pasado. La serie que tiene por protagonista al personaje Conejo Angstrom (Corre, Conejo; El regreso de Conejo, etc.) es lo más celebrado de su obra, pero se le reconocen también algunos libros de cuentos como excelentes.


(Tomado de Libros en red)

martes, 3 de marzo de 2009

Como ser un Gran Escritor

Foto: Ye Rin Mo, DAK 4.



Tenés que cojerte a muchas mujeres bellas mujeres
y escribir unos pocos poemas de amor decentes
y no te preocupes por la edad y/o los nuevos talentos.
Sólo tomá más cerveza más y más cerveza.
Andá al hipódromo por lo menos una vez a la semana
y ganá si es posible.
Aprender a ganar es difícil, cualquier boludo puede ser un buen perdedor.
Y no olvides tu Brahms, tu Bach y tu cerveza.
No te exijás.
Dormí hasta el mediodía.
Evitá las tarjetas de crédito o pagar cualquier cosa en término.
Acordáte de que no hay un pedazo de culo en este mundo que valga más de 50 dólares (en 1977). Y si tenés capacidad de amar amáte a vos mismo primero
pero siempre sé consciente de la posibilidad
de la total derrota
ya sea por buenas o malas razones.
Un sabor temprano de la muerte no es necesariamente una mala cosa.
Quedáte afuera de las iglesias y los bares y los museos y como la araña sé paciente,
el tiempo es la cruz de todos.
Más el exilio la derrota la traición toda esa basura.
Quedáte con la cerveza
la cerveza es continua sangre.
Una amante continua.
Agarrá una buena máquina de escribir
y mientras los pasos van y vienen
más allá de tu ventana
dale duro a esa cosa dale duro.
Hacé de eso una pelea de peso pesado.
Hacé como el toro en la primer embestida.
Y recordá a los perros viejos, que pelearon tan bien:
Hemingway, Celine, Dostoievsky, Hamsun.
Si crees que no se volvieron locos
en habitaciones minúsculas como te está pasando a vos ahora,
sin mujeres sin comida sin esperanza...
entonces no estás listo tomá más cerveza.
Hay tiempo.
Y si no hay
está bien
igual.

Charles Bukovski