miércoles, 3 de diciembre de 2014

CIUDAD INVERSA, GEOGRAFÍA DEL IMAGINARIO DE KAREN VALLADARES




La poeta hondureña Karen Valladares firma autógrafos para los primeros lectores de su libro
 

Imagen de Ciudad Inversa, el libro de reciente publicación de Karen Valladares




 

Por Jorge Martínez Mejía

Hace algún tiempo escribí algunas líneas sobre CIUDAD INVERSA, cuando en la Editorial Grado Cero La Cartonera logramos coser a mano 50 ejemplares para poder llevar alguna muestra de la nueva poesía hondureña a la ciudad de San José y Vásquez de Coronado, en Costa Rica; y Acapulco, en Guerrero, México. Fueron líneas apresuradas. Pero entre ellas persistían dos ideas: Una, que se trata del testimonio de una mujer hondureña del siglo XXI; otra, que la poesía, por lo menos aquí, en el país donde vivimos, no existe.

Yo he tenido la suerte de seguir la trayectoria poética de Karen Valladares al menos desde hace unos seis años. Tiempo suficiente para admirar su  fuerza creativa, su calidad de mujer y sobre todo, su honestidad poética. Aunque su trayectoria aún comienza, el peso de su trabajo es indudable en el enriquecimiento de la literatura hondureña.

En esta ocasión tan especial en que nos reunimos para darle la bienvenida a la segunda edición de Ciudad Inversa, a cargo de la Liga de la Justicia Editores, de la hermana república de Chile, tengo interés en señalar algunas claves de la poética de Karen Valladares.

Una de ellas es que la poética de Karen Valladares se sigue sosteniendo en el grado cero de la escritura señalada por Roland Barthes, otra, indudablemente, es que sigue marcándose como uno de los textos poéticos de la postmodernidad en Honduras; en el sentido de que se trata de un texto notable de nuestro tiempo.

En CIUDAD INVERSA se pueden encontrar algunas de las claves de lo que puede ser uno de los  rumbos de la nueva poesía hondureña de este siglo.

En este sentido, podemos iluminar al menos tres líneas conceptuales que subyacen en su poética: La pesadez, la lentitud y la precisión.

 
La pesadez

 

En CIUDAD INVERSA, la autora nos señala la sensación de estar bajo la inmensa tapa de una individualidad reflexiva, ensimismada, en la que desde su propio interior se percibe la irrupción de un yo que se niega a la pesada carga del mundo en que subsiste. Se trata de sensaciones o percepciones de fastidio, aburrimiento, incomodidad, tedio y cansancio. La sensación de pesadez no sólo es una emoción, un sentimiento, es una estrategia narrativa en la que todo lo exterior cae sobre la conciencia como una lápida aplastante, que asfixia y enajena, que roba el sentido de placer y ralentiza todo movimiento. Algunos de los poemas serán entonces piezas en las que el encierro, la somnolencia y la lentitud se sobrepondrán a cualquier intento de producir deleite contemplativo o sentido lúdico fantástico.

La lentitud
 
La percepción de lo inmóvil, del remanso del tiempo, la tardanza del cambio, la apatía y languidez, la inanición, el sentido de abandono, la superficialidad de las cosas y el sentido del encierro; todo lo detenido en su esencia de inmutabilidad se entrelaza. Se trata de una forma de narrativa en la que el tiempo en que transcurren las cosas y las situaciones permanece estático, sin velocidad y todo adquiere la sensación de lo inútil. Sin embargo, en el fondo del planteamiento del tiempo narrativo subyace el deseo de desabrochar cinturones y abrir las ventanas, pero no se puede salir a ningún lado, ya sea por la insistencia de la lluvia o porque los cables del tendido eléctrico son una amenaza latente. Nada se expande, todo se contrae, se encoge y aprisiona, asfixia.

La precisión


Se trata del uso adecuado del material poético, de las palabras que producen la imagen con eficacia engendrando una sensación nítida de un sentimiento en que la opresión es descrita de manera persistente y precisa. La figura es la enumeración, la aliteración

Aunque sé que el origen del texto no responde a un diseño preconcebido, a una construcción deliberadamente pensada para causar una impresión prescrita, y que la misma diagramación del libro ha significado un esfuerzo especial de La Liga de la Justicia Editores para ofrecer una línea inteligente y cómoda para el lector; la verdad es que lo memorable de CIUDAD INVERSA no reside en ningún procedimiento del diseño, sino en la espontaneidad, en los distintos matices que Karen ha generado al describir una geografía de su espiritualidad, en los distintos rincones de un mapa del interior de su imaginario.

Esta honestidad, esta manera de mostrar los distintos compartimentos de su memoria es lo que despierta en el lector inteligente esa sensación de estar no ante un libro de ficciones poéticas, sino ante una confesión, ante un testimonio vital para el que la belleza misma de la palabra seguirá siendo nada más un subterfugio, un artilugio accesorio. Sólo la franqueza y la honestidad con el lenguaje propio, con la propia voz alcanzada con esfuerzo nos permiten acercarnos a la mirada misma de la poeta en esta CIUDAD INVERSA.

La precisión en la obra de Karen no reside en la pulcritud del verso, sino en la honestidad de mostrarnos su esencia de mujer, que es la esencia de la mujer hondureña del siglo XXI. Por eso su lenguaje se aleja de la retórica y la decadente perorata poética de lo sublime.

En esta construcción de la geografía de su imaginario, la estrategia empleada por Karen es  la observación del detalle de su entorno, la visibilidad en grandes acercamientos a una ventana desvencijada, al polvo del ropero, a su falda cuadriculada de niña de la escuela, a las manos rugosas de la abuela; en fin al ejercicio de su memoria sensorial.

La invitación a visitar CIUDAD INVERSA no tiene el propósito de hacerles sentir el cómodo confort de una poética que satisfaga la molicie y la banalidad literaria, sino de escudriñar el tedioso y alambicado horror de la rutina como una de las formas más comunes de la muerte de la mujer hondureña en esta CIUDAD SIN VERSOS, que descubran la esencia de nuestras existencia.

Ciudad Inversa no es una obra perfecta, pero apesta a la verdadera ciudad en que vivimos.



 

lunes, 1 de diciembre de 2014

KAREN VALLLADARES PRESENTA CIUDAD INVERSA ESTE MARTES 2 DE DICIEMBRE EN EL CCET

Portada de Ciudad Inversa
 
 
 
 

CIUDAD INVERSA ha sido escrita no como una ficción literaria, sino como el testimonio de una poeta hondureña que se despoja, sin intenciones magistrales, del hábito literario, de la palabra adorno, de la metáfora rebuscada. Habla de su infancia, de la extraña búsqueda de una esencia encerrada en la rutina, entre cuatro paredes pintadas de locura. De las pésimas relaciones consigo misma y con el mundo, de su afán por extraviarse y salir a una superficie en donde no hay nadie, sino el horror, la crueldad, el cinismo; y, paradógicamente, el deseo, la sutileza de una nostalgia anclada en cierta zona de inocencia conservada con recelo.
Ciudad Inversa no es un extraordinario libro que pretende hacer bulla. Es un libro honesto, franco, directo, que cuestiona su propio entorno al que califica como un sitio inverso, es decir, antipoético. Los Poetas del Grado Cero le damos la bienvenida a esta propuesta de las nuevas letras en Honduras.

Karen Valladares (Tegucigalpa, 1984) ha sido miembro del movimiento Literario Poetas del Grado Cero. Ha vivido en las ciudades de Tegucigalpa y San Pedro Sula. Escribe poesía, cuento y crítica literaria. Ha escrito los libros Ciudad Inversa, Ninguna tarde azul, y Maldita Poesía. Ciudad inversa es su primera obra publicada, en esta ocasión especial por LA LIGA DE LA JUSTICIA EDITORES, de la ciudad de Santiago de Chile.

 

Ficha técnica
Título: Ciudad Inversa
Autor/a/es/as: Karen Valladares
Editorial: La Liga de la Justicia Editores
Lugar de la presentación: Centro de Cultura Española en Tegucigalpa
Día: Martes 2 de diciembre de 2014
Presentación a cargo de: Jéssica Isla y Jorge Martínez Mejía