domingo, 23 de diciembre de 2012

Carta a San Nicolás: Armando García

Imagen de Antonio Zanghi




ARMÁNDOLA:


Hibueras, a tanto de tantos de mil 900 tantos


San Nicolás
Mitomaníaland
Su Trineo

Querido Santa:

Pese a que vos no te acordás de los miserables fondomonetarizados, porque hasta en tus reinos se cuecen las habas de la segregación, nos atrevemos –de igualados– a que, por esta vez, hagás una excepción y te acordés de esta sufrida parcela de la cintura del istmo centroamericano y te des de paso tu refilón por acá. Eso sí, advertí a los renos que, con esta hambruna, los podemos hacer chicharrón y para que no vengás a endulzarnos con baratijas de confititos, ropa americana USAda, carros robiscomprados, juguetes de dudosa procedencia y toda clase de badulaque que les sobra a los de allá, te enviamos este pliego de peticiones. Es poco lo que te pedimos. Con un pequeño esfuerzo, seguro nos ayudarás:

Queremos que nos saqués al país del subdesarrollo y del tercer mundo en que nos han metido. Que antepongás tus buenos oficios ante los organismos financieros de rapiña internacional para que la deuda externa sea borrón sin cuenta nueva. Quien mejor que vos sabe que esta deuda externa no sólo es eterna sino que impagable y ya que vos te paseás por los países opulentos como santo (o Santa) por su casa, y que conocés la mara de los clubes, pandillas y mafias, pediles que al menos la condonicen, no con preservativos, con paliativos o placebos sino que de verdad.

Por otro lado, queridísimo y chapudísimo Santa Clos, eta petición es fácil de cumplir para una personalidad de influencias como vos. Aunque no nos parés otra cosa, paranos la corrupción. Ponenos en cintura al solapado. Al civil de mordida a tiempo completo. Al que vendió, selló, regateó, intermedió y negoció no sólo los pasaportes. Al que descontrola las computadoras en contra de los pobres, miserables, clase media, media clase y que arregla el disco duro a favor de los que sí tienen en donde caerse muertos. Paranos en seco al vendedor de influencias, al político narcolavador, al uniformado –valga la redundancia– corrupto de armas tomar que se cree dueño de normas, leyes, bancos, empresas, vidas y haciendas.

Amadísimo, osteoporósico, esclerótico y achacoso Papá Noel, como lo arriba pedido es poco, te rogamos que, para el año entrante, nos traigás políticos que no sean mentirosos y que los que quieren llegar a la res pública, diseñen política de altura, sin gorras de ladón ni sombreros de gamonal. Sin insultos rancherizados, sin el encono de los odios, ¡Ah!, y sobre todo, que no sólo parezcan sino que lo sean, no sólo honestos, sino que honrados. Y te pedimos, dulcísimo viejito, que gane el que sea inteligente, sesudo, capaz y, por sobre todas las cosas, esta petición que es dura en el país, pero vos, como hacedor de milagros, tenés que ayudarnos para que gane uno que sea trabajador.

Chochísimo y admiradísimo Santa Claus, por Dios, hace que tu trineo pase por las aduanas y lo cargás –como si de furgonazo se tratara– con todos los movidosos, mordedores, sableadores y léperos que hay por allí y hacenos este gran favor: andá a botarlos a los confines del mundo y en su lugar conseguinos a hombres que de verdad paren la dentellada y destierren la prebenda y que por una vez en su vida, pongan quieto tanto desbarajuste, y hagan rebosar el erario de este harapiento país.

Estas últimas, por más fáciles, querido Abuelito, las dejamos para el final: controlanos la inflación, Papayito lindo, bajanos de la nube la canasta familiar, controlanos la mara de abajo y las de las “alturas pavorosas”. Hacé que todos –civilones y chafarotes– respetemos el fuero de la ley. Que no se negocie la dignidad de la patria ni adentro ni afuera. Cumplido esto, Tatita Chulo, te vamos a recibir, en un mejor país, con los brazos abiertos y hasta cohetillos te vamos a quemar. Eso, sin contar, la suculenta tamaleada y los traguitos de guaro clandestino o los turuncasos al hígado de ron legal.


f) Armando



11. 12. 95

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