domingo, 7 de noviembre de 2010

INSTRUCCIONES PARA QUEMAR UNA BOINA Y PARA ESCRIBIR UN POEMA DADÁ


INSTRUCCIONES PARA QUEMAR UNA BOINA

Por Jorge Martínez Mejía

Romperla con unas tijeras grandes y hacerla tiras, tiras delgadas. Sobre una página blanca, colocar las tiras en un orden simétrico, dejando la cinta del pequeño pito en el centro. Preparar la hoguera sobre el suelo natural sin utilizar ningún tipo de combustible más que el aire. El fuego debe ser rojo y chispeante, amenazante y fuerte, con pocas hileras de humo; preferiblemente se debe agitar con un pedazo de cartón hasta escuchar que crepita y levanta volutas explosivas. Se deberá comenzar el ritual de incinerado escogiendo las tiras de derecha a izquierda mientras se lee o se recita la oración del fuego. Si hay varias personas en el ritual de incinerado, deberán colocarse en círculo y mantener su mirada en el primer plano, es decir, en las tiras de boina gris que se conducen al fuego. Concluida la primera parte, el incinerado de las tiras de boina colocadas en el extremo derecho, considerando la cinta del pito como centro, comenzar el incinerado de izquierda a derecha dejando por último la cinta central. Es muy importante romper con el signo sistemáticamente. ¿Por qué? Porque se debe fundar otro signo de orden inverso. Estamos ubicados frente al fuego de los signos, estamos purificando el horrible trauma de la repetición y debemos conocerlo con absoluta precisión. Existen otras recomendaciones más específicas para deshacerse de los signos poéticos. Por el momento, este es el procedimiento general con que le pondré fin a uno de sus signos. Mi boina gris morirá en la hoguera porque se me antoja testimoniar mi desencanto. Pero conservaré las cenizas.


INSTRUCCIONES PARA ESCRIBIR UN  POEMA DADÁ

Por Tristán Tzara


Coja un periódico.

Coja unas tijeras.
Escoja en el periódico un artículo de la longitud que
cuenta
darle a su poema.
Recorte el artículo.
Recorte en seguida con cuidado cada una de las
palabras
que forman el artículo y métalas en una bolsa.
 Agítela suavemente.
Ahora saque cada recorte uno tras otro.
Copie concienzudamente
en el orden en que hayan salido de la bolsa.
El poema se parecerá a usted.
Y es usted un escritor infinitamente original y de una
sensibilidad hechizante, aunque incomprendida del vulgo.