miércoles, 25 de enero de 2017

Marta, la de la López; así aprendí, así desaprendí, en Paradiso



Doris Melissa Cardosa, Ana María Hernández, Marta Velásquez y Rachel Ramírez


Marta Velásquez en su inolvidable testimonio de mujer política del movimiento feminista hondureño



La Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Hondura realizó este miércoles, a partir de las seis de la tarde uno de esos raros eventos en los que la totalidad de la patria, con todo y sus ancestros y ancestras se hace presente. Se presentó el libro  Marta, la de la López; así aprendí, así desaprendí.

El evento se realizó en Paradiso, en el marco de la campaña “Defender para vivir y vivir bien”. El libro fue escrito por Virginia Marta Velázquez y Melissa Cardoza, y fue editado por la Red Nacional de Defensoras.

En un formidable llenazo, Paradiso se recargó de una estupenda vibra, inteligente, amorosa, franca, lejana y próxima, como si se tratara de una familia en la que nadie hacía falta. Las risas y las miradas cargadas de emotivo calor fraterno, dejaban circular cariñosas frases de aliento y sincera afectividad. El libro Marta, la de la López, narra la historia de lucha de una mujer, Marta Velázquez, feminista y defensora de derechos humanos, en su desdoblamiento y evolución política. “Escucharnos, recuperar nuestra palabra, reconocernos y reconocer en otras el fantástico poder de transformar el mundo”. Dijo Marta. “Este libro es un esfuerzo colectivo en el que todas y todos hemos colocado una palabra que nos hace avanzar en la lucha por la liberación de nuestros pueblos.”

En la mesa principal la acompañaban Doris Melisa Cardosa, Rachel Ramírez, Yéssica Trinidad (coordinadora de la Red), y como auditorio, un incontable número de personas venidas de distintos puntos del país.

Recuperar la palabra, dijo Yéssica, “pasa por contar lo que muchas mujeres defensoras hacen en sus territorios, no solo en los momentos de las alertas y crisis, sino contar la historia desde la mirada de las mujeres, nombrar a esas que han caminado antes y junto a nosotras y que lo siguen haciendo”.

Ana María Hernández, del Consorcio Oaxaca e integrante del Grupo Impulsor y de la comisión de autocuidado de la IM-Defensoras, también desde la mesa principal hizo una emotiva presentación de “Martita”, como cariñosamente se le conoce también a Marta Velásquez.

Melisa Cardosa, escritora y poeta hondureña, estuvo a cargo del cuidado editorial de la obra, y en su disertación indicó que “…los hilos de la construcción de la memoria pasan por el amor, por el dolor, por el sacrificio, pero sobre todo, por el compromiso de construir un mundo de libertad que a los opresores se les hará imposible destruir.”

En Tegucigalpa fue una tarde plena, de esas en las que los comerciantes cierran temprano sus establecimientos porque todo se ha consumado. Todo se ha vendido y las calles se han colmado de cierto solaz y el mismo crimen al que nos tienen acostumbrados se ha tirado atrás, se ha hecho a un lado para dejar pasar cierto aire cálido y fresco, como una lluvia recién caída en las elevadas montañas de Celaque y Merendón.


Una verdadera y única jornada amorosa como digno homenaje de las mujeres a la memoria de Daniela Manghelshots, voluntaria belga que impulsó incontables procesos de transformación política en Honduras, en las décadas de los ochentas y noventas.






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