Por Jorge Martínez Mejía
Finalmente la vuelta de hoja del escándalo del Poder Judicial deja al descubierto la pugna de fondo: las Ciudades Modelo o “Charter City”.
El Poder Legislativo y el Ejecutivo han logrado poner en cintura al Poder Judicial defenestrando a cuatro magistrados, entre ellos tres que votaron como inconstitucional dicho proyecto en el intento anterior.
Al parecer, la estructura comandada por Porfirio Lobo, Juan Orlando Hernández y Arturo Corrales, ha colocado una faja de seguridad para gobernar a toda costa haciendo prevalecer sus intereses.
Por otra parte, en la lucha interna, han logrado controlar al extremo al gremio magisterial atacando desde adentro a las organizaciones magisteriales, cortándoles la capacidad económica y estrellándolo contra las cuerdas.
Entre tanto, el Frente Nacional de Resistencia Popular no sale de sus primeros asombros electorales con su brazo político LIBRE y sólo le ajusta para emitir descalabrados pronunciamientos.
Es indudable que la estrategia de la participación política electoral sólo favorece a la oligarquía, pues para ésta (la oligarquía) el poder se ejerce o se pierde. El Frente Nacional de Resistencia Popular ganó experiencia con su participación política, pero perdió poder de lucha popular, poder de convocatoria y de movilización.
¿Cómo ofrecerle, a estas alturas, una Asamblea Nacional Constituyente a un pueblo que fue vapuleado, asesinado, violado y engañado en las urnas, mientras la oligarquía controla a su antojo los tres poderes del Estado?
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