Con el eufemismo de abrir el país a los negocios, los golpistas, políticos esbirros, turcos, árabes y narcotraficantes, ahora venden al país como una sombría puta vende su trasero en las inhóspitas calles de San Pedro Sula o Tegucigalpa.
Pretendiendo tirar en el cajón de la basura los restos de su horrendo crimen: más de un centenar de asesinados, torturados, supresión de las garantías constitucionales, violaciones, saqueo, allanamientos de medios de comunicación, ejecuciones extrajudiciales, arbitrarias detenciones, persecución, exilio, encarcelamiento; en fin, la más burda escoria fascista, ahora pretenden retornar a los organismos de los estados civilizados como si no hubiera pasado nada, y se muestran con elegantes trajes, retocados con photoshop, ofreciendo al mejor postor los recursos naturales geoestratégicos del pueblo, como lo hiciera un pirata con el botín mal habido.
¿Quién les dio el derecho de vender nuestros recursos? ¿Quién se beneficiará con EL GRAN NEGOCIO DE LA HONDURAS ABIERTA? Si en menos de tres meses acabaron con el convenio de la ALBA, Petrocaribe, el bono tecnológico, el bono educativo, la inversión en el campo, el ajuste al transporte; incrementaron el precio de la energía eléctrica, el transporte, la canasta básica; destruyeron el estatuto del docente, etc., etc... ¿Qué se puede esperar de este gobierno de bárbaros mercanchifles?
Argumentan que la crisis provocó distorsiones en las relaciones bilaterales con otras naciones, cuando fueron ellos quienes recibieron con gases lacrimógenos a las delegaciones de España, El Salvador y Guatemala; le cerraron el paso al presidente de la OEA y a la Comisión de la ONU, atacaron la embajada del Brasil, y agredieron a la delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Su crimen fue premeditado y alevoso. Dijeron que preferían sufrir seis meses y no toda una vida con el chavismo.
Ahora sus clasecitas de negocios y política les están quedando demasiado grandes porque no lograron restablecer vínculos más que con los estados esbirros de los gringos, y siguen marginados y en la peor crisis de la historia.
A los intentos de recuperar los espacios en el concierto de las naciones, lo acompañó una estrategia de destrucción del Frente Nacional de Resistencia Popular, particularmente de su columna vertebral, el gremio docente; al que lograron sentar con la amenaza de despidos masivos. Hoy le tocó el turno al presidente Zelaya y el círculo de exiliados, quienes negocian su retorno con los golpistas, a espaldas de la población.
Un estilo signado por la corrupción. El lenguaje de Honduras is open for business es falso, no hay ningún interés en incrementar el empleo ni el ingreso de la población como lo pregonan. El país no cuenta con instituciones jurídicas, estas se encuentran secuestradas por los golpistas y los narcos, lo mismo que el Misterio Público. La debilidad institucional del estado sólo se sostiene por la multimillonaria campaña del Congreso y del Ejecutivo. Tanto el presidente del congreso como el canciller utilizan los fondos de sus carteras golpistas para el lanzamiento de sus candidaturas, con lo que garantizan el saqueo continuado de la hacienda pública y los favores particulares que siempre han procurado.
No lograrán nada, excepto robarse el presupuesto, porque si algo ha cambiado, es nuestro ferviente deseo de mandarlos a la mierda, a cazar mariposas azules, con el trasero rojo de miles de patadas.
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