sábado, 18 de diciembre de 2010

RICARDO MARÍN: MAE, LA POESÍA ES OTRA COSA



Para los Poetas del Grado Cero es grato tener entre nosotros la poesía de Ricardo Marín (1977,Costa Rica). Ricardo Marín ha publicado Para no pensar en el año 2008 y Karaoke 10 recientemente. En Honduras es muy poco conocida la nueva poesía tica, por eso, en nuestra reciente visita a la ciudad de Coronado, nuestra ávida curiosidad se detuvo en la armoniosa consistencia de la poesía de Ricardo Marín. Su desenfado y mordacidad y la preferencia por cierta sordidez oculta en la aparente felicidad de Costa Rica, la sutileza para mostrar su lado mogigato, la acusación inteligente, la franqueza, el desencanto; en fin, su calidad para observar el detalle desde la óptica del poeta que expone su pellejo a la vindicta pública. Además de esa coincidencia en la que convergen la intimidad individual que sale a la calle para encontrarse con toda la mierda de la urbe.

DOS POEMAS DE RICARDO MARÍN


la culpa es de Mao Tse- Tung

hace mucho debí
darme cuenta
que tengo prohibido tanto
la cocina oriental
como dos días felices consecutivos
AlfredoTrejos

Nos gustaba la comida china para llevar
a ella un poco menos que a mi
ella comía con palillos robados del King-Jo
y aprovechaba la vajilla heredada de su madre
a mí me gustaba comer frente a ella
con la bandejita plástica y la cuchara sopera

comíamos en silencio
entre Paul Auster
Cavafis
y libros de colorear
con los que mi ahijada se entretiene
otras veces
entre periódicos careados por polillas
o sobre la foto de alguna asesina en serie
que bien podría ser la madre del vecino

los jueves generalmente
pedíamos chop suey en salsa
y dos huevos de tortuga
los domingos
wan tan relleno de camarón

el resto de la cena
lo refrigerábamos para 
el día siguiente
siempre y cuando
el pescado con bambú
oliera bien

meses atrás
ella se marchó en pijama
y arrancó el carro
como quién dice:
“no es por vos ni por la comida
pero las cosas  están declinando”

días después
los chinos se llevaron
el restaurante a la capital
y solo a mí me dolió

ahora
frente a la casa
donde antes se escuchaba el wok
como el rugido de un tigre
pusieron una venta de pollo asado
y los pollos sudan arriba de las brasas
como clientes fracasados de un gimnasio
desde mi ventana los miro
hasta marearme

he bajado de peso
he puesto boca abajo los porta retratos
y con los palillos del King- Jo
que ella en su prisa
dejó olvidados
intento atrapar la soledad
como si fuera esa mosca
que se mece en la cortina.


Zarpe Diem

He gastado la mayoría de mi tiempo
en este bar
testigo de cómo mis amigos
se van quedando sin ideas
sin hígado o sin sueldo
mientras vislumbro la posibilidad
de carecer de sueldo o de hígado
siempre y cuando me dejen libre la idea
que al menos no me falten las dos cosas
al mismo tiempo

aquí he conocido mujeres
como Shirleys o Guadalupes
que han tenido la cordialidad de largarse
justo antes de tener el augurio
de que me iban a aceptar un trago
pero no las culpo ni por sus nombres
lo que me acontece
es el monólogo
de una bola de discoteca 
la misma aguja atravesando
noche tras noche
el cielo de la boca

no hay motivación para un brindis
y alguien está a punto
de parir una orquídea en los orinales

de todas mis caras posibles
he visto la verdadera 
reflejada en el fondo de este vaso
como un dragón chino
parpadeando la muerte.