martes, 5 de mayo de 2009

Un poema de Friedich Hölderlin

Ilustración: Antony Micallef


A LAS PARCAS



Sólo "un" verano me otorgáis,
vosotras las poderosas;

y un otoño para dar madurez al canto,

para que mi corazón, más obediente,

del dulce juego harto que me muera.

El alma que no tuvo en vida derecho
divino,
tampoco abajo descansa en el Orco;

pero si un día alcanzó lo sagrado,
aquello
que es caro a mi corazón,
el poema,
bien venido entonces,
oh silencio del reino de las
sombras.
Contento estaré,
aunque mi lira
allí no me acompañe;
por "una vez"
habré vivido como un dios,
más no hace falta.