Imagen de Tim Tadder, Manny Pac-Man Pacquiao
Rommel Martínez amenaza con un libro titulado Amar a un Hipster. Es un grito de guerra, un ¡Aaaayyyy! que se escapa de la marginalidad urbana de Comayagüela o de un callejón perdido de la vieja Tegucigalpa. Se trata de un poema-relato urbano en el que se funden la memoria de una vida cruzada en el delirio de la muerte, los gritos y las balas; la anécdota, el reportaje, la crónica de un narrador extraviado, ahogado en su propia sangre. Es difícil no recordar Fotografía del peñasco de Eduardo Bähr; su ímpetu, la intensa y brillante necesidad de hablar por el caído, de ser el fotógrafo que se consume sin disparar el flashazo en esta guerra sin cuartel. En la poesía de Rommel Martínez se transita sobre una encrucijada que va del testimonio, de la apropiación de una jerga urbana imaginaria y el paisaje soterrado de la capital hondureña, a un discurso lírico con un tono marginal. Cada trazo es brillante, digno de contar; profundamente honesto con el compromiso literario de un autor consciente del oficio. Se recomienda leerlo más de una vez para ser testigos de una experiencia vital, irónica, fragmentaria, cortada a machetazos, y sepultada bajo nuestros propios pies. No es comida chatarra para llevar, ni carne frívola para comer en primera fila.
Fotografía en blanco y negro de la colonia 3 de mayo,
en aquellos tiempos
La palabra: muerte.
es rimbombante.
Así mismo,
la palabra rimbombante, es pomposa.
Esfinge
barroca
donde
habitan fantasmagóricos dueños de la noche.
Rimbombante,
pues,
como
la muerte.
Mi barrio
no tiene más ancla que el poema.
Lo pienso siempre que una nube lleva la
forma de una ráfaga,
como la muerte.
Rimbombante, pues,
como la sangre
que galopa con los primeros gritos.
La mara corría y la mara perseguía
“Los Copas” protegían el territorio.
Y la palabra muerte
era un trofeo que se anhela,
pero no se busca como al oro.
Rimbombantes verbos,
impronunciables casi;
el sonido de las primeras pedradas en los
techos de zinc:
Tag
pumb tutunmpounn…
“Los ponis”,
“Los pelones” y “los
escorpions” eran temibles,
pero “Las chilindrinas” eran brutales:
La
mara corría y la mara perseguía.
Uno
entendía entonces
que
los verdaderos depredadores, son los
oportunos,
como la muerte.
La media noche
era el campo santo más viril,
la zona viva.
Rimbombante, pues,
como la bala que viaja perdida, a 97km/h,
buscando
un cuerpo otro.
Las balas eran espectros purulentos,
vampíricos espejos
donde se despedazaba ésa nube
que hilan los niños
mientras duermen dentro de sus casas:
Tag
pumb tutunmpounn…
Mi barrio
no tiene más ancla que el rostro de mi
padre.
Las piedras,
el guaro,
la rabia en la sangre.
Rimbombante, pues,
como la noche:
Tag
pumb tutunmpounn…
Se olían los golpes,
el sabor a incógnita:
estaban las chimbas,
los bates de baseball, con metal de espinas
o clavos,
las manoplas,
las cadenas,
los cuchillos largos;
las luchas cuerpo a cuerpo.
Todos eran atletas más agiles que Usain
Bolt;
pugilistas mejores que Pacquiao.
La noche era cámbrica,
imponente.
Escultura en el desierto;
las piedras,
el oasis, los deseos.
Rimbombantes, pues:
Tag pumb tutunmpounn…
Mi barrio no tiene más ancla que el poema.
Lo pienso siempre que la noche está
tranquila.
Y
recuerdo escuchar pasar
los
escuadrones de la muerte:
Tag
pumb tutunmpounn…
Casi un narco-corrido
“La
bala, es un coleóptero tornasolado; que hace bolitas con la muerte.”
Fabricio Estrada
(No hay drogas, pero sí tráfico de sombras
pasando por el desahucio hasta la forma de
morir)
Mi último poema
será llamar a la fuerza nacional anti
extorción
Decirles
Que una mujer delimitó el miedo en las vísceras
Entró por la puerta
Dejó una nota escrita hermosamente
Cortada con la más absoluta delicadeza
Que sólo una femme fatale puede tener
Sampler 1
“…llame a este número en 30 minutos
si no aténgase a las consecuencias”
Desde ese momento mi muerte
se llamó como alguna vez creí ser asesinado
Por eso mi último poema
será como un agujero de gusano
Entonces los mortales
salimos tras sus olores de sombras y
extremas celebraciones con pólvora,
gritería
sorpresa;
el color rojo puede que sea un buen color.
Para explicar sus niveles de inteligencia
emocional
leí un libro
de medicina psicosomática
Recomendaba antes de preguntar por la
enfermedad del paciente
distinguir el paciente de ésa enfermedad
Entonces
mi poema más débil será mi muerte
pero el más humano
es el genocidio de mi amor
Bailo en los afluentes
como espermatozoide que lucha por
comprender un dogma ovular
teogonía de nerds
mariguanos
presidentes
artistas
sicarios
hispters de bulto…
Recordamos sus voces
(ella preguntaba con quién podría
entenderse
para saber cuánto costaba reconocer el
impuesto de esta guerra de artificios
y alucinaciones de ardorosa realidad)
Recordamos sus voces
sus voces
voces como ecos de pato o murciélagos,
y las confundimos con cinismo
pero era sólo que ella se ahogaba del
evento futurístico de un sueño;
leía un libro
Entendí que
“la visión de los pueblos indígenas y negros en Honduras”
es un espejo rompiéndose
Sampler número 4
Más al fondo
en el ambiente
Bunbury gritaba:
…justicia
POÉTICA!!!
Y yo que me creo
En parte Tolupán
pech
lenca
tawaka
mezclado con español
y vicios posmodernos
Leo el recado de la realidad
del empoderamiento de mi osamenta
como
una hoguera
Sampler 1
“llame a este número
si no
aténgase a las consecuencias”
Aténgase a las consecuencias
a… aténgase
a
las consecuencias
Sampler 5 y 4 respectivamente
“u-na cascada de arte- con-temporáneo
color
rojo vivo, sale - por el cráneo”
Calle 13 y Bunbury
contemplando el hielo seco de mi estrella
fugaz
palpitando
ardiendo kilométrico como una fecundación,
pero al revés
Entonces
mi último poema se llamará
como mi espíritu resucitando en contra de
un estallido de bala…
…¡Justicia POÉTICA!!
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Rommel Martínez nació en 1989, Tegucigalpa, Honduras. Egresó con un título de Técnico Industrial en Electrónica del Instituto Técnico Luis Bográn. Dedicado a la escritura creativa desde el año 2005, orientado a la poesía. Miembro del taller Poema dirigido por Fabricio Estrada en 2015; miembro del Taller de creación poética dirigido por Mayra Oyuela, en el Centro Cultural de España en Tegucigalpa (CCET). Miembro fundador del colectivo y taller poético LetraEle.
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Tim Tadder es un comunicador visual que produce campaña para las mejores marcas de consumo, como Adidas, Budweiser, Coca-Cola Zero, Craftsman, Gatorade, entre otras. Él crea imágenes de acción altamente estilizadas, espectaculares, que atraen la atención en el instante. Tdder explora el mundo del deporte y la aventura y sus trabajos los realiza en vivo, por lo que su experiencia visual lo coloca entre los mejores fotógrafos del mundo.
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