Doris Melissa Cardosa, Ana María Hernández, Marta Velásquez y Rachel Ramírez
Marta Velásquez en su inolvidable testimonio de mujer política del movimiento feminista hondureño
La Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en
Hondura realizó este miércoles, a partir de las seis de la tarde uno de esos raros
eventos en los que la totalidad de la patria, con todo y sus ancestros y
ancestras se hace presente. Se presentó el libro Marta,
la de la López; así aprendí, así desaprendí.
El evento se realizó en Paradiso, en el marco de la
campaña “Defender para vivir y vivir bien”. El libro fue escrito por Virginia
Marta Velázquez y Melissa Cardoza, y fue editado por la Red Nacional de
Defensoras.
En un formidable llenazo, Paradiso se recargó de una estupenda
vibra, inteligente, amorosa, franca, lejana y próxima, como si se tratara de
una familia en la que nadie hacía falta. Las risas y las miradas cargadas de
emotivo calor fraterno, dejaban circular cariñosas frases de aliento y sincera
afectividad. El libro Marta, la de la López, narra la historia de lucha de una
mujer, Marta Velázquez, feminista y defensora de derechos humanos, en su
desdoblamiento y evolución política. “Escucharnos, recuperar nuestra palabra, reconocernos y reconocer en otras el fantástico poder de transformar el mundo”.
Dijo Marta. “Este libro es un esfuerzo colectivo en el que todas y todos hemos
colocado una palabra que nos hace avanzar en la lucha por la liberación de
nuestros pueblos.”
En la mesa principal la acompañaban Doris Melisa Cardosa,
Rachel Ramírez, Yéssica Trinidad (coordinadora de la Red), y como auditorio, un
incontable número de personas venidas de distintos puntos del país.
Recuperar la palabra, dijo Yéssica, “pasa por contar lo
que muchas mujeres defensoras hacen en sus territorios, no solo en los momentos
de las alertas y crisis, sino contar la historia desde la mirada de las
mujeres, nombrar a esas que han caminado antes y junto a nosotras y que lo
siguen haciendo”.
Ana María Hernández, del Consorcio Oaxaca e integrante del
Grupo Impulsor y de la comisión de autocuidado de la IM-Defensoras, también
desde la mesa principal hizo una emotiva presentación de “Martita”, como
cariñosamente se le conoce también a Marta Velásquez.
Melisa Cardosa, escritora y poeta hondureña, estuvo a
cargo del cuidado editorial de la obra, y en su disertación indicó que “…los
hilos de la construcción de la memoria pasan por el amor, por el dolor, por el
sacrificio, pero sobre todo, por el compromiso de construir un mundo de
libertad que a los opresores se les hará imposible destruir.”
En Tegucigalpa fue una tarde plena, de esas en las que los
comerciantes cierran temprano sus establecimientos porque todo se ha consumado.
Todo se ha vendido y las calles se han colmado de cierto solaz y el mismo crimen
al que nos tienen acostumbrados se ha tirado atrás, se ha hecho a un lado para
dejar pasar cierto aire cálido y fresco, como una lluvia recién caída en las
elevadas montañas de Celaque y Merendón.
Una verdadera y única jornada amorosa como digno homenaje
de las mujeres a la memoria de Daniela Manghelshots, voluntaria belga que
impulsó incontables procesos de transformación política en Honduras, en las décadas
de los ochentas y noventas.
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