(Fragmento de la novela Los Poetas del Grado Cero)
Darío y J.J. Bueso.
Sala de hombres, 5to. Piso del hospital Mario Catarino Rivas.
Cuando
los periodistas llegaron a entrevistar a Darío Cálix en la cama 26 del Hospital
Mario Catarino Rivas, sólo lo acompañaba J.J. Bueso. Darío tenía enyesado un
brazo y con un barbiquejo se le sostenía la quijada. Estuvieron callados un
rato, sólo observando a los periodistas. Darío miraba a J.J. y J.J. miraba a
Darío, leyéndole el pensamiento para poder responder a los periodistas. Darío
parpadeó dos veces y J.J. se puso de pie. -¿Por qué putas no se van a buscar
noticias que en verdad les interesen? Esto es literatura, esto nada tiene que
ver con amarillismos ni notas rojas. Miles de poemas hemos escrito, hemos
escrito cuentos, novelas, artículos literarios, ensayos, hemos hecho recitales
de poesía, nos hemos puesto a verga en las presentaciones, y a ninguno de ustedes
les ha importado, ni se les ha visto nunca en las actividades literarias ¿Por
qué vienen ahora? ¿Porque dos poetas se agarraron a verga? ¿Porque casi se
matan a vergazos?
-Lo que
queremos saber es si el pleito está relacionado con el incendio de Muebles
Herrera, donde se supone murió quemado un poeta-, dijo una mujer medio gorda,
trigueña y sobre maquillada.
-Tiene
que ver con Yorch, con Parra, y con mis huevos-, dijo J.J., y se sentó en la
cama. Darío hizo un profundo parpadeo asintiendo, y volvieron a caer en
hermetismo.
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