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El taller
concluyó con los resultados esperados. Los niños de PRONIÑO, de la ciudad de El
Progreso, Yoro, quedaron motivados para seguir leyendo y escribiendo. El taller se llevó
a cabo en la Casa de la Cultura Museo que dirige doña Silvia Zavala,
durante los sábados del 21 de abril al 2 de junio de 2012.
A continuación
algunos de los trabajos realizados por los participantes.
Canción de
PRONIÑO
Tenemos un amigo,
yo vivo en
PRONIÑO.
Tenemos un amigo
que es leal
conmigo.
No me falta nada
viviendo en
PRONIÑO.
Todos mis
amigos
viven en PRONIÑO,
no les falta nada
cuidados y
cariño.
Antes en mi vida
al salir el sol
fumaba marihuana,
inhalaba
Resistol.
Ahora en PRONIÑO
sólo tengo amor,
respeto y cuidado
de mi profesor.
Tenemos un amigo,
yo vivo en
PRONIÑO;
me brindan
consejo,
alimento y
cariño.
Antes en mi vida
Fumaba marihuana,
chemo y cigarro;
en la calle era
la ruina
inhalando
cocaína.
En la calle está
el veneno,
niño mariguano.
Ahora en PRONIÑO
todos mejoramos.
Tenemos un amigo,
yo vivo en
PRONIÑO.
No nos falta nada
cuidados y
cariño.
(Wilson, Carlos,
Walter)
La casa que ladra
como un perro amarillo
Hace mucho
tiempo, hubo una casa que aprendió a ladrar
como un perro
amarillo.
Yo la miraba
desde la escalera. Ahí tocaba con mi guitarra
una canción que
comienza:
"Dame una rosa,
hormiga mía,
dame una rosa
que yo te pido".
Cantaba esta
canción para las nébulas y para las ramas.
Desde ahí miraba
a la casa, sola, encerrada en una jaula,
ladrando como un
perro amarillo.
EL DUENDE
DESESPERADO
Moisés Rivera
Una vez, un
duende se dio cuenta que no podía hechizar,
ni encantar a
nadie; y no podía salir en el día.
Una noche salió a
caminar y vio a un hombre que también andaba
caminando, pero
este hombre andaba borracho y cargaba una pistola.
Cuando vio al
duende, le disparó a quemarropa, pero no le dio, no le hizo nada.
El duende,
asustado, se regresó a su cueva y empezó a tener mucho miedo
y ya no podía
salir. Cuando salía, andaba escondiéndose y le tenía miedo a la gente,
a los niños, a
los perros y a las bestias del campo; a los caballos y a las vacas.
En su cueva
pasaba triste porque estaba solo y ya ni comía; estaba desesperado.
Tenía que hacer
algo.
Un día, en la
noche, se fue corriendo, escondiéndose entre los árboles para llegar
a otro lugar.
Otra cueva donde pudiera ser feliz.
Así desapareció.
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* La Escuela de Escritores José
Luis Quesada es un proyecto de Poetas del Grado Cero. Desarrolla procesos de
Comunicación, Capacitación y Producción Editorial. En la actualidad se
desarrolla una propuesta de taller de formación de NUEVOS LECTORES Y
CREADORES DE LITERATURA. Consiste en un taller con una duración de 16
horas (tres jornadas escolares o su distribución a lo largo de un mes) en
el que los niños participantes adquieren capacidades de lectura, creación de
poesía y cuento y desarrollan destrezas en la elaboración de libros de cartón.
La propuesta ha sido diseñada por los escritores Jorge Martínez Mejía y Karen
Valladares.
En la escuela de Escritores José
Luis Quesada creemos que el bien de mayor valor con que cuenta una sociedad es
la persona, que el mayor bien de la persona es el conocimiento. La sensibilidad
artística es la manera más compleja de saber.
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