Muros
Sin consideración, sin piedad, sin vergüenza
han construido grandes y altos muros en torno a mí.
Y ahora estoy sentado aquí, desesperando.
No pienso en nada más: este destino roe mi mente;
pues tenía mucho que hacer afuera.
Y por qué no los vi cuando levantaban los muros?
Pero nunca escuché el ruido o sonido de los constructores.
Imperceptiblemente me encerraron, fuera del mundo.
Me recliné y acosté en sus camas
Cuando entré a la casa del placer,
no me quedé en el salón en que celebraban
amores reconocidos, con apariencia de orden.
Me fui a los cuartos ocultos
y me recliné y acosté en sus camas.
Me fui a los cuartos ocultos
que ellos se avergüenzan hasta de nombrar.
Pero no vergonzosos para mí – pues entonces
¿qué clase de poeta o artesano sería?
Antes llevaría una vida de eremita.
Estaría más de acuerdo,
mucho más de acuerdo con mi poesía
que el que fuese a complacerme en el salón común.
Sin consideración, sin piedad, sin vergüenza
han construido grandes y altos muros en torno a mí.
Y ahora estoy sentado aquí, desesperando.
No pienso en nada más: este destino roe mi mente;
pues tenía mucho que hacer afuera.
Y por qué no los vi cuando levantaban los muros?
Pero nunca escuché el ruido o sonido de los constructores.
Imperceptiblemente me encerraron, fuera del mundo.
Me recliné y acosté en sus camas
Cuando entré a la casa del placer,
no me quedé en el salón en que celebraban
amores reconocidos, con apariencia de orden.
Me fui a los cuartos ocultos
y me recliné y acosté en sus camas.
Me fui a los cuartos ocultos
que ellos se avergüenzan hasta de nombrar.
Pero no vergonzosos para mí – pues entonces
¿qué clase de poeta o artesano sería?
Antes llevaría una vida de eremita.
Estaría más de acuerdo,
mucho más de acuerdo con mi poesía
que el que fuese a complacerme en el salón común.
Constantine P. Cavafis