Mi bella Lyure Madelaine. Fotografía de Karen Valladares
Por Jorge Martínez Mejía
MI BELLA LYURE MADELAINE, DE 4 AÑOS, SE HA IDO; HACE CINCO DÍAS HA INSISTIDO EN QUE MI MADRE ME LLAMA POR TELÉFONO. MI MADRE MURIÓ UN 4 DE ABRIL DE 2009.
PARA MI MADRE HUBIERA QUERIDO ESCRIBIR UN POEMA COMO EL DE SALVATORE QUASIMODO. SÓLO KAREN HIZO ALGO DIGNO PARA MI MADRE CARMELINA MEJÍA MEJÍA.
Salvatore Quasimodo
MATER DULCISSIMA
«Mater dolcissima, ora scendono le nebbie,
il Naviglio urta confusamente sulle dighe,
gli alberi si gonfiano d'acqua, bruciano di neve;
non sono triste nel Nord: non sono
in pace con me, ma non aspetto
perdono da nessuno, molti mi devono lacrime
da uomo a uomo. So che non stai bene, che vivi
come tutte le madri dei poeti, povera
e giusta nella misura d'amore
per i figli lontani. Oggi sono io
che ti scrivo.» - Finalmente, dirai, due parole
di quel ragazzo che fuggì di notte con un mantello corto
e alcuni versi in tasca. Povero, così pronto di cuore
lo uccideranno un giorno in qualche luogo. -
«Certo, ricordo, fu da quel grigio scalo
di treni lenti che portavano mandorle e arance,
alla foce dell'Imera, il fiume pieno di gazze,
di sale, d'eucalyptus. Ma ora ti ringrazio,
questo voglio, dell'ironia che hai messo
sul mio labbro, mite come la tua.
Quel sorriso m'ha salvato da pianti e da dolori.
E non importa se ora ho qualche lacrima per te,
per tutti quelli che come te aspettano,
e non sanno che cosa. Ah, gentile morte,
non toccare l'orologio in cucina che batte sopra il muro
tutta la mia infanzia è passata sullo smalto
del suo quadrante, su quei fiori dipinti:
non toccare le mani, il cuore dei vecchi.
Ma forse qualcuno risponde? O morte di pietà,
morte di pudore. Addio, cara, addio, mia dolcissima mater.»
Carta a la madre
Salvatore Quasimodo
"Mater dulcíssima, ahora se levantan las nubes,
el navío topa confusamente contra los diques,
los árboles se hinchan de agua, arden de nieve;
no estoy triste en el Norte; no estoy en paz
conmigo mismo, pero no espero
el perdón de ninguno; muchos me deben lágrimas
de hombre a hombre. Sé que no estás bien, que vives
como todas la madres de los poetas, pobre
y según la medida de amor
por los hijos lejanos. Hoy, soy yo
quien te escribe" .Finalmente, dirás dos palabras
sobre aquel muchacho que huyó de noche con su chaquetilla
y algunos versos en el bolsillo. Pobre, tan impetuoso
lo matarán algún día en algún lugar.
"Cierto, recuerdo, fue en aquella escalerilla gris
de los lentos trenes que llevaban almendras y naranjas
a la boca del Imera, el río lleno de urracas,
de sal de eucaliptus. Pero ahora te agradezco,
-sólo esto quiero- con la misma ironía que pusiste
en mis labios, igual a la tuya.
Esa
sonrisa me ha salvado de llantos y dolores.
No importa si ahora tengo alguna lágrima por ti,
por todos aquellos, que como tú, esperan
y no saben qué. Ah, amable muerte,
no toquéis el reloj de cocina que golpea en el muro:
toda mi infancia ha pasado en el esmalte
de su esfera, en sus flores pintadas;
no toquéis las manos, el corazón de los viejos.
pero tal vez alguno responde. Ah, muerte piadosa,
muerte pudorosa.
Adiós, amada, adiós, dulcíssima mater".
(Versión de Fernando Pezoa)
ESTA ES MI CASA
Karen Valladares
A: Carmelina Mejía Mejía
In memoriam
Esta es mi
casa,
Un par de
viejos objetos que le sirven de adorno,
2 personas
que viven conmigo, otros que llegan a visitarme
y que pronto
se van.
Así como me
iré yo
en cualquier
momento que la muerte lo decida,
o la vida
misma también lo decida.
Esta es mi
casa,
la que me
habita,
de sombra en
sombra,
de hijos a
hijos,
de los
vecinos,
de nadie.
Esta es, no
hay duda alguna,
aquí
reconozco los metederos del atardecer,
o la llegada
de la luz insinuando la mañana.
Mientras
remiendo cualquier cosa
para
distraerme de mis molestias y la de los demás.
Y pienso que
los años me han caído de un solo golpe,
me desmorono
a veces,
o vivo, con
una sonrisa que atraviesa la mirada de los míos.
esta es mi
casa,
no importa
lo grande o pequeña o lo sencilla que sea.
aquí ando,
cubriendo
cada rincón con mis pasos y mi voz
dejando
enmarcado el fantasma de mi presencia.
así me
sentirán más cuando me vaya.
Esta es mi
casa,
la reconozco
paso a paso,
no temo de
ella,
ni ella de
mi,
esta es y no
la reconozco por su color verde
son otras
cosas las que me identifica.
Son todos
los años en ella,
son todas
las cosas que he juntado en ella,
son todas
las palabras que han sepultado aquí,
soy testigo
de que es mi casa,
desde donde
yo quiera,
y como yo
quiera,
soy testigo
de mis cosas,
de mis
hijos, otra vez,
de mis
dolencias,
de las
estaciones del tiempo
que se
aproximan a mis ojos tibios.
Soy testigo
de tantas cosas,
pero sobre
todo,
soy testigo
de que esta
casa me habita
y no porque
yo viva en ella.
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