viernes, 21 de octubre de 2011

Poeta marroquí de visita en Honduras


Shimón al Salgadi, poeta marroquí


En una inusual visita, el poeta marroquí, Gustalhib Shimón al Salgadi, se encuentra de paso por tierras hondureñas con el propósito de ofrecer una serie de recitales y una conferencia sobre la vida nocturna en Marrakech. Sobre este tema, siendo tan alejado de las costumbres latinoamericanas, el poeta ha indicado que "...sólo los mareos y las oníricas prisiones de uno mismo, del sueño, la fantasía, la imaginación y sus cuervos; pueden igualar el mundo de la poesía, o una sola noche en Marrakech".

Originario de Marrakech, Portugal,  y con un renocido premio nacional de poesía, al Salgadi ha dictado conferencias en Meknes, Agadir y Tánger; lo mismo que en Sao Pablo, Buenos Aires y México. Su paso por el Caribe y Centro América obedece a su interés particular en conocer al Movimiento Literario Poetas del Grado Cero, cuya resonancia parece haber llegado hasta la península marroquí.

A continuación uno de sus poemas reconocidos y llevado a la música por Cheb Caleb:

Me levanto y te revuelvo
No te despiertas como de costumbre
Sobre ti vuelvo a montar la sábana
Tengo miedo para que tengas frío como de costumbre
Mi mano acaricia tu pubis
Casi a pesar mío como de costumbre
Pero tú me das la espalda
Como de costumbre

Y luego, me visto muy rápidamente
Salgo del cuarto como de costumbre
A solas bebo mi café
Estoy atrasado como de costumbre
Sin ruido dejo la casa
Todo es gris fuera como de costumbre
Tengo frío, levanto mi cuello
Como de costumbre

Frank Miller llevó una de estas escenas escritas por al Salgadi a su famosa y siniestra cinta Sin City.

Sin embargo en Honduras son muy poco conocidas, tanto la ciudad de Marrakech como su poesía, por lo que el poeta considera que su visita dejará al menos unos versos para recordar las noches del domingo, cuando las juergas son sólo eso, memorias de la felicidad de la verga.

Aquí un fragmento de Bicicleta sola, uno de sus poemas:


 Bicicleta sola


Añoraba tu culo en el bar
tus nalgas inflamadas
y tu espalda caliente.

Vamos, querida, vamos al bar,
ir solo me da miedo.

Y yo me iba al bar en mi bicicleta, sola,
loca y sola raspando las paredes de la ciudad
mugrienta,
                     de la sucia Marrakech.
Debajo de los criques y las altas banderas
anduve soñando esfínteres azules,
esfínteres graciosos y elocuentes,
fieles a los dedos,
fieles a todo...
fieles a sus vergas;
atados
a su culo espléndido.

Todos buscábamos el bar a esa hora de la noche,
rosábamos las mesas,
los suaves manteles, dejábamos caer las copas
o nos besábamos
como furiosos insectos.

Una tarde subida de tono, con los cigarros burdos
y las hadas verdes
bajamos a la orilla de la playa de ese viejo
bar El bucanero,
ahí conocí el ardor de la sed
y el vértice
soberano
de tus piernas.

Una lámpara, un farol triste
iluminaba El bucanero.
Entre las rendijas del bambú
salieron las reinas,
las putas sodomitas,
las locas de lentejuela,
las cornejas,
la catedral hundida
y el rostro del maldito bucanero.

Mi biccleta sola,
como una puta virgen
chillaba su soledad
bajo el farol.


Los recitales serán ofrecidos en La Maison Maya los días 27, 28 y 29 de octubre de 2011.
Se espera una nutrida concurrencia.



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