sábado, 15 de agosto de 2009

El ejército hondureño y Romeo Vásquez


Por Rebeca Becerra

Nuestro ejército como en los años 80 está aferrado a una táctica de lucha de avance sin retroceso, de defensa a muerte sin movimientos en ofensiva a gran escala, es un ejército de arranque suicida. Fueron preparados para invasiones mercenarias rápidas de pequeña y gran envergadura; los entrenaron para la represión popular; para la lucha contra la insurgencia; lucha antimotines; para sembrar el terrorismo en la población; para la investigación política y psicológica; para practicar el crimen bajo un falso odio a un enemigo fantasma; lo disciplinaron para morir bajo las consignas de "lealtad, honor y sacrificio"; lo prepararon para obedecer y defender los intereses extranjeros antes que luchar ardientemente por los intereses de Honduras.

Es un ejército clasicista ya que su capacidad de defensiva y ofensiva siempre ha estado disponible para defender los intereses de la oligarquía comerciante, empresarial, terrateniente y transnacional que se aglutina en la clase adinerada dueña del poder político y económico del país; deformación nacionalista que viene perfeccionándose desde que las compañías y emigrantes extranjeros invadieron nuestra patria (norteamericanos, alemanes, árabes, italianosŠ). El fragmentarismo ideológico y económico que hoy es más evidente no es nuevo.

El ejército hondureño es portador de una mentalidad traumatizada que debe ser cambiada y orientada a un enfoque conscientemente patriótico, nacionalista, humanitario y altamente respetuoso de las leyes; si no nos preocupamos por este cambio, siempre tendremos en este cuerpo armado una amenaza latente a la estabilidad de la democracia.

Es indudable que existe en el alto mando militar mentes perversas y resquicios de la "doctrina de la seguridad nacional", que sumió a estos elementos en la funesta administración liberal de Roberto Suazo Córdova y el liderazgo militar de Gustavo Álvarez Martínez. El general Romeo Vásquez Velásquez actúa ni más ni menos como una copia a destiempo de Gustavo Álvarez Martínez o quizás peor. A los dos los caracteriza: ser peones de la oligarquía económica del país. El servilismo y las ambiciones personalistas los obligan a odiar ferozmente las clases pobres a las cuales hostigaron y hostigan de manera criminal, al tener consciencia de su poder y alma de traidores. Se creen héroes "anticomunistas" porque según ellos luchan contra el "comunismo". La oligarquía económica y los medios de comunicación del país les protege, en los 80 se denominó Alianza para el Progreso de Honduras-APROH, hoy lo hacen descaradamente y todos sabemos sus nombres y apellidos. Ambos generarles no tienen pasados limpios como cualquier hondureño/a descendente que marcha por las calles del país.

Para lograr sus propósitos Álvarez Martínez organizó en el seno de las fuerzas armadas su propia fuerza militar para que le fuera fiel y servil, y repartió asensos militares necesarios. El general Romeo Vásquez Velásquez según correo enviado por MUSUSU sigue los pasos de Gustavo Álvarez Martínez al ascender, copio literalmente: "a oficiales que han tenido una trayectoria negra en la vida militar pero han sido sus aduladores sin ninguna capacidad operativa. Ejemplo: Oficial retirado Gerónimo Pérez, oficial Fuentes Gonzales, oficial Cuéllar, oficial Padget, oficial Cervantes, Prince y contra-Almirante Rodríguez, hoy todos ascendidos a generales" fuente correo USUSU correo enviado el 30 de julio.

La estrategia de Gustavo Álvarez Martínez se extendió a la Fuerza de Seguridad Pública, hoy Romeo Vásquez Velásquez hace lo mismo al involucrar la Policía Nacional en su lucha según él "anticomunista". Álvarez Martínez idiotizó al soldado con la consigna "no reír, no hablar, no saludar", que tenía por objeto formar un soldado frío, indiferente, despreciativo pero obediente a su superior. Esto indudablemente lo hemos visto en elementos del ejército y lo peor de la policía nacional. Roberto Suazo Córdova avaló las atrocidades cometidas por Gustavo Álvarez Martínez, sin embargo logró perder el control sobre él. El gobierno de facto avala las atrocidades de Romeo Vásquez Velásquez y éste a todas luces se le está saliendo de control a Roberto Michelleti. Gustavo Álvarez Martínez se colocó por encima del poder civil, este es el mismo camino que sigue Romeo Vásquez Velásquez.

Álvarez Martínez atacó a parte de la iglesia católica y trajo al país una secta que fuera capaz de neutralizar las justas posiciones de reinvidicaciones sociales que la iglesia católica apoyaba, esta secta se llamó "Causa Internacional". Parece que Romeo Vásquez Velásquez y los que perpetraron el golpe de estado aprendieron de los errores de Álvarez Martínez y convencieron al mayor representante de la iglesia católica Oscar Andrés Rodríguez y a dirigentes de la iglesia evangélica. Álvarez Martínez y Roberto Suazo Córdova dividieron espiritualmente al pueblo hondureño, dividieron la iglesia católica, división que continúa evidenciándose. Toda la estructura económica, política, militar y social orgánicamente estructurada para la represión y el terrorismo de los años 80, fue lanzada contra un pueblo indefenso trabajador que como hoy se debatía entre el hambre y la miseria y no en ideales guerreristas que justificarán el desaparecimiento, tortura y asesinato de líderes obreros, campesinos, estudiantiles y profesionales.

No es justo ni cristiano que nuestro pacífico pueblo pague con mucho esfuerzo un ejército y una policía para que le sirva de verdugo, para que lo reprima, para que un campesino uniformado le quite la vida al mismo hermano campesino que lucha por un pedazo de tierra; que un hermano uniformado religioso le quite la vida a otro hermano cristiano; que un soldado hondureño profesional le quite la vida a un maestro. Queremos un ejército nacionalista, popular y progresista. Un cuerpo armado que genere patriotismo, dignidad y honradez del cual podamos sentirnos orgullosos. Un cuerpo armado democrático, incapaz de dejarse desorientar por influencias personalistas de falsos líderes castrenses traidores y enemigos de la patria y el pueblo. De lo contrario nuestras aspiraciones serán siempre frustradas, estarán siempre amenazadas, vivirán siempre atadas a sentimientos que no nos pertenecen, sé que un buen día nos sacudiremos la barbarie.

viernes, 14 de agosto de 2009

Escritoras de Honduras denuncian represión de gobierno de facto


La Asociación Nacional de Escritoras de Honduras condenó hoy la represión del gobierno de facto contra las manifestaciones a favor de la restitución del Estado de Derecho.

En un comunicado distribuido por Internet, exhorta a la participación de las organizaciones de artistas del mundo en actos públicos denunciando el irrespeto a la vida y demás derechos de los hondureños por los golpistas.

Solicita también mantener la condena nacional e internacional contra la dictadura fascista de Roberto Micheletti, apoyando de diversas maneras nuestro repudio a este gobierno dictatorial y fascista.

Al pueblo hondureño -agrega-, que no cesemos en nuestra lucha por poner fin a las acciones violentas contra la integridad del pueblo y la democracia por parte de la dictadura fascista.

Las escritoras hondureñas repudian la ilegal y brutal represión ejecutada ayer por los antimotines contra los manifestantes organizados en el Frente de Resistencia en contra del Golpe de Estado.

Agrega que se trata de hombres y mujeres campesinas, estudiantes, sindicalistas y docentes, quienes han sido detenidos, torturados, por demandar el retorno del orden institucional.

domingo, 9 de agosto de 2009

Los paisajes fracturados de Gustavo Campos (Última versión)

Paisajes fracturados

Las ideas producen pavor.

A. Artaud

Y por un momento con su eco otros ecos.

C. Cavafis

Me asignaron ser el último heredero de la peste y respiré en lo más hondo,

en lo más hondo

de un sol caído. Suspiré la brisa en la miseria y me llamaron monstruo.

Monstruo porque donde hubo rostros imaginé el mío.

No conocí jamás mi rostro.

Monstruo porque donde entregué suspiros, cenizas recibieron.

Jamás me interesó hablar de pobres.

Siempre oscurecí los nombres y me enternecieron los locos.

Me eligieron yerro y pecado.

Fui capaz de corromper al hombre.

Era mejor antes que el fracaso.

Monstruo porque dejé la amapola en la piedra,

la piedra en la sombra, su sombra en la luz.

Fui mi umbral de ruina

y mis sobras la tierra

y mis lenguas la vida.

Monstruo al fin y al cabo porque ninguna estructura

pudo acreditarme; porque jamás supliqué a la sombra

no derramarse

en los párpados rojos

de un pueblo que sabía la hora exacta de su muerte.

No dejé a un pueblo mirar por mis ojos, escribirse en mis ojos.

Su esperanza castigó mis sueños opresores.

Soñar para mí es un obstáculo y para ellos un principio.

Y destruí, porque ese era mi comienzo. Mi destino. Devolver la belleza a la belleza

despojándola de su silueta estilizada de pústulas y úlceras de mármol de carne saludable.

Y la escuché gritar. Después gemir. La violación es un acto de absoluta sinceridad.

Mi distancia es un pensamiento verdugo.

Fui.

Grité un poema y nació la ciudad.

Me juzgaron despectivos

…me aíslo.

Una variedad de voces fluyó y éste acto fue su inicial argumento contra mí.

Hoy mis ojos sin vida miran sin regreso. Monstruo. ¿Para quién? Monstruo ¿Por qué?

El implacable verdugo degolló el sentido.

Ningún silencio pudo. Ningún grito. Ningún grito.

La conciencia es un destino inevitable, dije.

Sonrieron.

Donde hubo un grito queda el mío. ¿Y si jamás hubo un grito?

¿Si jamás hubiese existido el grito?

¿Quién salvará el sentido y su descanso?

Es difícil ser siempre. Soy mi enemigo. A veces tiendo a amistarme.

Aún llegar a mí es difícil. El camino está lejos de casa y es la casa.

Siempre están lejos de casa.

¿Quién regresará sin ellos, sin palabras? ¿Sin piel, sin alma agujereada?

Debo volver en otros ecos. Lo dijeron los que me eligieron.

Los que me obligaron a esconderme del mensaje presagiaron mi fracaso.

Mi peor enemigo ha sido el pensamiento. He sido. Me obligaron…

Los que construyeron la nostalgia lo hicieron bajo efectos del trago.

Procuré no hacerlo. Ni serlo. Me distancie de ellos. Y me eligieron yerro y fracaso.

Los que pronunciaron mi nombre, aspiraron al fracaso.

No conocí jamás mi rostro sino los nombres.

Quien lloró de recuerdos futuros e imaginados, aspiró al fracaso.

No viví jamás del tiempo sino del llanto.

Alguien que aspiró al fracaso confesó llamarme monstruo.

Algunos pronunciaron mi nombre aun sin conocerme.

Creyeron en significados cifrados de la vida, del lenguaje y de la muerte.

Y los que más creyeron descubrieron que no debían entenderlo.

¿Dónde está el camino de regreso a casa?

¿Dónde la palabra que justifique las palabras?

Un río de cenizas fue el río de suspiros.

En cenizas ríen de sí mismos.

¿Descubrieron que la indiferencia es otra forma de afecto?

Quien recibió suspiros creó un principio,

quien recibió cenizas agonizó en la sombra,

quien recibió amapolas desestimó la orquídea,

quien conoció las piedras guardó la luz,

y entonces la belleza manoseó una rosa en su umbral de ruina.