domingo, 9 de agosto de 2009

Los paisajes fracturados de Gustavo Campos (Última versión)

Paisajes fracturados

Las ideas producen pavor.

A. Artaud

Y por un momento con su eco otros ecos.

C. Cavafis

Me asignaron ser el último heredero de la peste y respiré en lo más hondo,

en lo más hondo

de un sol caído. Suspiré la brisa en la miseria y me llamaron monstruo.

Monstruo porque donde hubo rostros imaginé el mío.

No conocí jamás mi rostro.

Monstruo porque donde entregué suspiros, cenizas recibieron.

Jamás me interesó hablar de pobres.

Siempre oscurecí los nombres y me enternecieron los locos.

Me eligieron yerro y pecado.

Fui capaz de corromper al hombre.

Era mejor antes que el fracaso.

Monstruo porque dejé la amapola en la piedra,

la piedra en la sombra, su sombra en la luz.

Fui mi umbral de ruina

y mis sobras la tierra

y mis lenguas la vida.

Monstruo al fin y al cabo porque ninguna estructura

pudo acreditarme; porque jamás supliqué a la sombra

no derramarse

en los párpados rojos

de un pueblo que sabía la hora exacta de su muerte.

No dejé a un pueblo mirar por mis ojos, escribirse en mis ojos.

Su esperanza castigó mis sueños opresores.

Soñar para mí es un obstáculo y para ellos un principio.

Y destruí, porque ese era mi comienzo. Mi destino. Devolver la belleza a la belleza

despojándola de su silueta estilizada de pústulas y úlceras de mármol de carne saludable.

Y la escuché gritar. Después gemir. La violación es un acto de absoluta sinceridad.

Mi distancia es un pensamiento verdugo.

Fui.

Grité un poema y nació la ciudad.

Me juzgaron despectivos

…me aíslo.

Una variedad de voces fluyó y éste acto fue su inicial argumento contra mí.

Hoy mis ojos sin vida miran sin regreso. Monstruo. ¿Para quién? Monstruo ¿Por qué?

El implacable verdugo degolló el sentido.

Ningún silencio pudo. Ningún grito. Ningún grito.

La conciencia es un destino inevitable, dije.

Sonrieron.

Donde hubo un grito queda el mío. ¿Y si jamás hubo un grito?

¿Si jamás hubiese existido el grito?

¿Quién salvará el sentido y su descanso?

Es difícil ser siempre. Soy mi enemigo. A veces tiendo a amistarme.

Aún llegar a mí es difícil. El camino está lejos de casa y es la casa.

Siempre están lejos de casa.

¿Quién regresará sin ellos, sin palabras? ¿Sin piel, sin alma agujereada?

Debo volver en otros ecos. Lo dijeron los que me eligieron.

Los que me obligaron a esconderme del mensaje presagiaron mi fracaso.

Mi peor enemigo ha sido el pensamiento. He sido. Me obligaron…

Los que construyeron la nostalgia lo hicieron bajo efectos del trago.

Procuré no hacerlo. Ni serlo. Me distancie de ellos. Y me eligieron yerro y fracaso.

Los que pronunciaron mi nombre, aspiraron al fracaso.

No conocí jamás mi rostro sino los nombres.

Quien lloró de recuerdos futuros e imaginados, aspiró al fracaso.

No viví jamás del tiempo sino del llanto.

Alguien que aspiró al fracaso confesó llamarme monstruo.

Algunos pronunciaron mi nombre aun sin conocerme.

Creyeron en significados cifrados de la vida, del lenguaje y de la muerte.

Y los que más creyeron descubrieron que no debían entenderlo.

¿Dónde está el camino de regreso a casa?

¿Dónde la palabra que justifique las palabras?

Un río de cenizas fue el río de suspiros.

En cenizas ríen de sí mismos.

¿Descubrieron que la indiferencia es otra forma de afecto?

Quien recibió suspiros creó un principio,

quien recibió cenizas agonizó en la sombra,

quien recibió amapolas desestimó la orquídea,

quien conoció las piedras guardó la luz,

y entonces la belleza manoseó una rosa en su umbral de ruina.