viernes, 6 de febrero de 2009

HIMNO A LA BELLEZA

Ilustración: Bruno di Maio

Charles Baudelaire



¿Bajas del hondo cielo o emerges del abismo,
Belleza? Tu mirada, infernal y divina
confusamente vierte crimen y beneficio
por lo que se te podría al vino compararte.

Albergas en tus ojos al poniente y a la aurora,
cual tarde huracanada exhalas tu perfume;
son un filtro su besos y un ánfora tu boca
que hacen cobarde al héroe y al niño valeroso.

¿Del negro abismo emerges o bajas de los astros?
Como un perro, el Destino sigue ciego tu falda,
al azar vas sembrando el luto y la alegría
y todo lo gobiernas sin responder a nada.

Caminas sobre los muertos, Belleza, y de ellos te ríes;
el Horror, de tus joyas no es la más hermosa
y el Crimen, entre todas tus costosas preseas
danza amorosamente entre tu vientre triunfal.

[...] Qué tu llegues del cielo o el infierno, ¿qué importa?
Belleza, inmenso monstruo, pavoroso e ingenuo,
si tu mirar, tu risa, tu pie, me abren las puertas
de un infinito que amo y nunca conocí.

Satánica o divina, ¿qué importa?, Ángel, Sirena,
¿qué importa? Si tu vuelves, hada de ojos de raso,
resplandor, ritmo, aroma, ¡oh mi señora única!
Menos odioso el mundo, más ligero el instante.