lunes, 16 de febrero de 2009

Becket


Dieppe


1

una vez más el último reflujo
el guijarro muerto
la media vuelta luego los pasos
hacia las viejas luces

2

sigo ese camino de arena que fluye
entre el guijarro y la duna
la lluvia de verano llueve sobre mi vida
sobre mí mi vida que huye de mí me persigue
y acabará el día de su comienzo
preciado instante yo te veo
en esa cortina de bruma que retrocede
donde ya no tendré que pisar estos largos umbrales movedizos
y viviré lo que tarda una puerta
en abrir y cerrarse


3

qué haría yo sin este mundo sin rostro sin preguntas
donde estar sólo dura un instante donde cada instante
que cae en el vacío en el olvido de haber sido
sin esta ola bajo la cual finalmente
cuerpo y sombra desaparecen juntos
qué haría yo sin este silencio abismo de los murmullos
jadeando furioso hacia el socorro hacia el amor
sin este cielo que se alza
sobre el polvo de sus lastres
qué haría yo haría como ayer como hoy
mirando por el ojo de buey si no estoy solo
errando y virando lejos de toda vida
en un espacio endeble
sin voz entre las voces
encerradas conmigo



Estar ahí sin mandíbulas ni dientes

Estar ahí sin mandíbulas ni dientes
a donde se va el placer de perder
con el apenas inferior
de ganar
y Roscelin y esperamos
adverbio oh regalo
vacío vacío salvo unos pedazos de canción
mi padre me ha dado un marido
o al arreglar las flores
que moja tanto como quiere
hasta la elegía
de los cascos herrados todavía lejos de Les Halles
o el agua de la chusma apestando los caños
o que moje sin más
porque es así que pula lo superfluo
y venga
con la boca idiota y la mano hormigueante
hasta el fondo del ojo que escucha
desde lejos
los tijeretazos plateados


Samuel Beckett (Dublín, 1906 – París, 1989)