miércoles, 26 de diciembre de 2007

Los malditos maniáticos encerrados en la cordura

Los diletantes, los sesudos, los que juegan en el arte el despellejado sueño de la diversión; los que saltan sin zapatos sobre la pista humillada. El fotógrafo que registra en serie al astuto suicida. Los descamisados ladrones, el cuidador de los candados y las pequeñas llaves; los torcidos muchachos de la escuela carísima, el vigilante negro, los amigos pandilleros vistos con el ojo de la molicie; los otros ladrones y sus blanquecinas calles trazadas para despertar el vigor del oprobio. Los malditos maniáticos encerrados en la cordura, los jubilados de la vida y del cuello tieso de Juan Domingo Torres. Todos gravitan sin causa, pletóricos en derredor de esta estupidez, única para los Poetas del Grado Cero.

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